23 enero, 2020
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Nuestros derechos en alerta

 

*Por Amelia García, trabajadora de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad de la Municipalidad de La Plata.

 

Las trabajadoras de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad de la Municipalidad de La Plata y del refugio «Casa Violeta», dependiente del municipio que asiste a feminidades que sufren violencia de alto riesgo, venimos de una historia de lucha que lleva ya ocho años. El número de mujeres que atendemos no para de aumentar y no se refuerzan los equipos de atención. Los mismos tienen menos de cinco profesionales por turno, cumpliendo múltiples empleos en condiciones de precarización.

 

Jamás durante estos ocho años se estableció una línea de acción, sino que fuimos nosotras, las trabajadoras, quienes la trazamos. Impulsamos un equipo reflexivo dentro del área de atención y reuniones de seguimiento, ya que no se realizaban. Históricamente reclamamos más y mejor formación, materiales y acciones concretas para definir lineamientos políticos dentro del área, pero nunca fuimos escuchadas. Durante la gestión de Macri se produjo una profundización de las condiciones de precarización que nos dejó a cargo de múltiples empleos que no nos corresponden.

 

En “Casa Violeta”, las compañeras trabajan en pésimas condiciones, sin higiene ni comida. No hay habitaciones ni atención para las hijas e hijos; tampoco hay políticas pensadas en términos de diversidad. Por parte del Municipio de La Plata, nos reunimos dos veces con Carolina Píparo, la secretaria de Asistencia a la Víctima y Políticas de Género, que viene de la gestión anterior, pero no acompañó ni escuchó nuestros reclamos; mientras que para el Intendente Julio Garro sólo somos un número en la estadística y un eslogan de campaña.

 

Arrancamos el año con despidos de entre 160 y 180 trabajadores de diferentes sectores municipales. Luego de jornadas de visibilización, y por la articulación de los gremios y sectores de la Municipalidad, el Ministerio de Trabajo dictó el viernes 10 de enero la conciliación obligatoria, un estado de negociación entre el Ministerio, los gremios y el Municipio que nos permitió volver a nuestros puestos de trabajo. Este acuerdo, histórico para la Municipalidad de La Plata, fue una gran conquista colectiva. Sin embargo, en nuestra área no lo están respetando. Desde el lunes 13 de enero no se nos permite firmar las planillas y la secretaria Carolina Píparo no regulariza esta situación… ¡Esto ya parece una persecución! Al Ministerio de Trabajo se le manifestó el incumplimiento de la conciliación y todavía seguimos sin respuestas.

 

Necesitamos un proyecto institucional que contemple la vulnerabilidad de las mujeres de los barrios populares, que brinde herramientas laborales, de vivienda, de salud y educación; y que impulse líneas de acción en prevención y atención, reuniones de equipo, supervisiones y formación, trabajo bien pago y condiciones laborales dignas. Ahora, con la reincorporación, vamos a estar alertas, con las listas de las despedidas y los despedidos exigiendo explicaciones y respuestas. ¡Los derechos no se recortan, la vida de nuestras pibas no se negocia!

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