17 noviembre, 2009
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Empuñar la guitarra

Empuñar la guitarraSi las trincheras de ideas valen más que las de piedras, como decía Martí, aquellas más valiosas estarán hechas de lápiz, hoja, letra, música… Letra, música y también guitarra, acompañada, o no, de otras armas, tuvo siempre la batalla de ideas de los movimientos revolucionarios y de resistencia latinoamericanos, que iniciaron ayer el camino que compartimos. Fue llamada canción de Carlos Pueblaprotesta, y es cierto que denunciaba un orden injusto e indigno, pero es canción de propuesta para que el pueblo tome su voz, canto, conciencia y acción. Y el pueblo, que no sólo es masculino, quiso que Puebla cantara: “Aquí pensaban seguir tragando y tragando tierra sin sospechar que en la Sierra se alumbraba el porvenir. Y seguir de modo cruel la costumbre del delito hacer de Cuba un garito… y en eso llegó Fidel”. Y la isla no se aisló, las raíces de este suelo a la mar ellas crecían, alcanzando y proclamando en América Latina: “Van a tener que cambiar el modelo, van a tener”.

Cantaba también Víctor Jara por un Chile socialista y con Salvador a la vista, al gringo en verso advertía: “Con tanta bala, con tanta bala les sale el tiro desviado por la culata, por la culata. La bala me lo ha contado dice que tiembla, dice que tiembla porque los alborotados la recomiendan, la recomiendan. Con la pólvora del pueblo nace por fin la revolución siendo el campo de batalla la producción, la producción. La bala nos Víctor Jara y Violeta Parra.advirtió no es la primera, no es la primera que en la vanguardia en la lucha es la clase obrera, es la clase obrera”. El dúo lo hacía Jara junto con Violeta Parra, flor y planta, ella veía que amanecía, que amanecía: “En todas partes sale el sol, hasta en la boca del pantano. La burguesía es el pantano, y lo que amamos es el sol. Por eso ya cruje este mundo. Por eso ya viene otro mundo. Por eso ya estalla otro mundo al fondo ciego de este mundo”. Pero la noche alcanzó a ese Chile socialista y sobre Allende cayó la muerte pinochetista, que asesina fue de Jara y a Quilapayún exiliara, porque el canto no callara: “Por tu vida cantaremos por tu muerte una canción cantaremos por tu sangre Compañero, Salvador. Por tu vida Presidente por tu muerte Compañero nos dejaste tus banderas Salvador de los obreros. Por las amplias alamedas Compañero Presidente volverá a marchar el pueblo con su grito combatiente”.

Daniel Viglietti y Silvio RodríguezObligado se mudó, además Daniel Viglietti, ese cantor oriental que llama A desalambrar. Lo mismo hizo Zitarrosa, tuvo que huir de Uruguay al clamar por la unidad en su partida penosa: “Así pues, no habrá camino que no recorramos juntos. Tratamos el mismo asunto orientales y argentinos, ecuatorianos, fueguinos, venezolanos, cuzqueños; blancos, negros y trigueños forjados en el trabajo, nacimos de un mismo gajo del árbol de nuestros sueños. Lo primero, para mí, es el pueblo entero, verdadero soberano, cantando para sí mismo, que marcha hacia el socialismo y me lleva de la mano”.

Carlos Mejía Godoy, como ayer cantaba Silvio, a los hijos de Sandino él describe el día de hoy. “Ni se venden ni se rinden luchamos contra el yankee enemigo de la humanidad. Adelante marchemos compañeros avancemos a la revolución nuestro pueblo es el dueño de su historia Atahualpa Yupanquiarquitecto de su liberación”. Contra todo patrón, aunque no sea ese yankee, también cantaba Yupanqui que así hacía su canción: “En asuntos del cantar, la vida nos va enseñando que sólo se va volando la copla que es livianita. Siempre caza palomitas cualquiera que anda cazando… Pero si el canto es protesta contra la ley del patrón, se arrastra de peón a peón en un profundo murmuyo, y marcha al ras de los yuyos como chasque en un malón. Y aunque me quiten la vida o engrillen mi libertá y aunque chamusquen quizá mi guitarra en los fogones, han de vivir mis canciones en l’alma de los demás”.

Agradezco la participación de todos los que colaboraron en esta melodía. Se debe subrayar la importante tarea de los perseguidores de cualquier nacimiento”. Porque es Canción de todos, se hace así o de otro modo, pero debe destacar cada voz en el coro. No hay sordo que a tantas voces, se resista a escuchar. No hay soga que ate el rasgueo de Guitarra Popular. Murmura y murmura, el pueblo y pone vidas en juego; la canción se sigue haciendo y, por más destacamento, sigue con su nacimiento. Aunque la quieran comprar y le arranquen el badajo, no taparán nunca la boca de los de abajo.

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