8 diciembre, 2009
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La mano rechazada

Juan GelmanAntes, mucho antes de que desaparecieran a sus hijos y su nuera. Antes, mucho antes de que se apropiaran de su nieta. Antes, mucho antes de que la dictadura lo obligara a exiliarse por escribir y luchar para vivir en un mundo más justo. Antes, mucho antes de no poder volver a su país porque esa democracia pedía capturarlo por lo mismo que la dictadura. Antes, mucho antes de que rechazara el indulto firmado por Menem, afirmando: “Me están canjeando por los secuestradores de mis hijos y de otros miles de muchachos que ahora son mis hijos”. Antes, mucho antes de identificar el cuerpo de su hijo hallado en el fondo del río. Antes, mucho antes de encontrarse por primera vez con su nieta tras una búsqueda incesante de 25 años. En 1956, mucho antes de que neoliberalismo disparara el desempleo y privatizara la niñez, adulterando a los chicos, creciéndolos de golpe, a golpes; y mucho antes de que se inventara la UCEP para ocuparse de tantos desatendidos, Juan Gelman oraba poesías que llaman a la atención y a la conciencia.

Oración de un desocupado

Juan Gelman.Padre,
     desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
                    bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
               este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
Atención: desatenciónte digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
            bájate, qué han hecho
de tu criatura, Padre?
            un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?

Arbolito, plantado por Gelman.

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