Combatiente pensador, militante escritor e intelectual revolucionario, el cubano José Martí vivió, murió y resucitó luchando por la libertad de su pueblo, por la de todos los pueblos. Con fuerza y humildad, reaccionaba ante todo lo que sometiera a los hombres, ante la opresión, ante las injusticias, ante el colonialismo. Escribiendo el presente, fue al mismo tiempo describiendo el futuro, abriendo caminos a través de los años desde la teoría y la práctica, la acción y la reflexión. No es complejo: si Martí habla y piensa con el lenguaje de hoy, es porque su poesía se ha vuelto emblema de lucha, desde que la lucha incubó su poesía. “La mejor manera de decir, es hacer”, decía. Quizá por eso, nos enorgullece sentirnos compañeros de su utopía y soldados de sus ideas.
Así decía, pensaba y hacía, LOS LIBROS:
* Para saborear los libros es preciso leerlos, no con la imaginación, sino con la experiencia. ¡Cuántas bellezas se descubren entonces que de otro modo pasan desapercibidas!.
* Los libros deben siempre leerse con una pluma en la mano.
* Nos parece que cada libro es una respuesta a nuestras ansias, un paso más adelantado hacia el cumplimiento final de nuestros incógnitos destinos. Como que al tender las manos a él vamos a empujar un poco más la puerta que nos separa del misterioso mundo donde se cumplen entre tinieblas las maravillosas revoluciones de lo Eterno.
* No deben publicarse sino los libros briosos y activos, que fortifican y abren paso.
* Tales van los tiempos que el libro, que es mozo de mañana, ya peina canas por la noche. Si es libro de ciencia, cuando acaba de imprimirse ya resulta viejo. Se ha de llegar a lo que la época necesita: el libro diario.
* Un libro, aunque sea de mente ajena, parece cosa como nacida de uno mismo, y se siente uno como mejorado y agrandado con cada libro nuevo.
* Se conoce el libro león, el libro ardilla, el libro escorpión; el libro sierpe. Y hay libros repugnantes como sapos.
* Cada libro nuevo es piedra nueva en el altar de nuestra raza.
* Por debajo de las obras de fantasía, como la sangre por debajo del cutis, ha de correr si se quiere que el libro sea viable y no se desvanezca como el alcohol expuesto al aire, un sentimiento vivo o un pensamiento de valor permanente.
* Leer es una manera de crecer, de mejorar la fortuna, de mejorar el alma, otra gran fortuna que debemos a la colosal Naturaleza.
* No se puede leer sin impaciencia.
* Al leer se ha de horadar, como al escribir. El que lee de prisa, no lee.
* La persona del autor, cuando se enseña demasiado, daña al libro.
* Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender.
* Los libros están llenos de venenos sutiles, que inflaman la imaginación y enferman el juicio.
* Los grandes libros sobre las leyes del mundo, antes de parecer profundos, parecen pueriles. La verdad es sencilla.