Tomi es una anécdota en vivo, la cuarta opción de tres opciones, el libreto sin escribir, un incendio en el iglú. Y cuando toda su imaginación aceitosa se aburre de tanta reflexión oxidada, emprende su propio camino, revoleando carcajadas. Justo expone lo injusto, haciendo lo más indicado, en el momento menos indicado. Deslumbra a los escépticos, en la misma jugada que opaca a los obsecuentes. Y su jugada, por no supuesto, nunca es adentro de una cancha. Si la lógica es acción y reflexión, para Tomi será acción y pandereta o remolacha y reflexión, pero nunca una vertiente imaginable de la subjetividad colonizada. En el minuto esperado, una minuta inesperada. Y en el momento esperado, nada. Pero entonces ahí, cuando se prevé su travesura, desenfunda una espada de dulzura. Y alguno se ríe, en vez de retarlo, para compensar la idiotez de haberlo retado cuando debió haberse reído. Así va corrigiendo Tomás a la humanidad, con su locura incorregible.
Miradas desafiantes, de cabeza gacha y ojos encumbrados que prometen despegar, son el anuncio de una patada voladora, o de un abrazo demoledor, o de una corrida libertaria, aunque su condición revolucionaria lo inmola contra toda asociación previsible, como la destreza deportiva. Su destreza es construir destruyendo, entrando con sus salidas. Y su gesta deportiva no tiene un arraigo mediocre a una crónica terrenal. Es Messi, Ronaldo y también Dios en el relato imaginario de los históricos mil goles de cabecita que le metió a Boca, jugando para la Selección, en un solo partido que terminó 0 a 0. Y que, obviamente, se jugó mañana.
Tomás, o La Masa, es un atentado a todo lo que funciona de un solo modo, a todo lo que se espera, a toda segunda acción que, por predecible, no merece llamarse reacción. Si dos más dos es cuatro, para Tomi seguramente la cuenta no dará cuatro y, posiblemente, no dará un número, sino una marca de pan lactal. O un barrilete. Y quién sabe: si la muerte sólo ha sido una pandemia en la historia de la humanidad, germinada y naturalizada en las venas depresivas de quien se sabe portador, tal vez la ciencia quede en jaque ahora, y Tomi sea tan inmortal como Papa Noel, que también es pura fantasía.
Su voz romántica supo encarnar la letra de Pimpinela, con los pasos de Daddy Yanquee, en la cultura popular de Zavaleta. Y hoy, como podía ser de otro modo, bajo el sol de la Noche Buena, va contra el monopolio de los regalos, con una carta que no es cualquier carta. Va por él. Lo encara y lo desafía, para que no haya Chiche, ni Gelblung, que garantice la poca seriedad de un documento realmente revelador.
De santo a Santa, Tomi enviste en una misiva explosiva contra la impunidad del juez navideño, verdugo injusto de tantos niños que se portan bien, cómplice silencioso de tantos padres que se portan mal. Relata crudamente aspectos delicados de su vida privada y, mientras le confiesa su amor incondicional, lo somete a una extorsión infame para garantizar la provisión de juguetes.
Para toda América Latina, a modo de presente navideño, a continuación reproducimos la carta abierta de Tomi al hombre de la bolsa. Parate de manos, Santa Claus.
Hola Papá Noel,
¿Cómo te va, gordo? ¿Todo bien?
Te voy a escribir una carta porque te amo mucho. Pero primero te digo lo que quiero: una remera de Boca, un shortcito de Boca, y unas medias de Boca. Y una gorrita. De Boca. Y si podés, también traele algo de River a mi primo Nicolás. No, mejor no te pido nada para él, porque se te va a mezclar lo de Boca con lo de River, y encima vos sos de River, porque te ponés todo rojo y blanco. Después te va a escribir una carta él mismo… Bueno, no le digas nada, pero ya te la escribió. Está en su casa.
Pero pará, pará un poco: lo que sí voy a anotar es algo para mi tío, porque mi tío es bueno. Traele una gorra. De Boca. Y unas medias.
¿Sabés qué me gustaría mejor? Me gustaría que nos quieras a todos y que te vayas a otro país. Pero que después vuelvas para Argentina. Y más vale gordo que no te vayas a emborrachar el jueves, porque no podés. Sólo podés tomar gaseosa. Lo que sí podés también es tirar cohetes desde el cielo.
Una pregunta, tengo, Papa Noel: ¿vos estás internado? Porque mi tío me contó que habías chocado y te habían dejado internado. El dice que ibas andando por el cielo y al bajar con el trineo te chocaste con una estrella. No sé si es verdad, pero si estás internado igual lee la carta y dale los regalos a los reyes magos, para que me los traigan. Y que te cuiden mucho. Y a los regalos también. Que no los rompan.
Sé que tenés mucha barba, porque ya sos muy viejo, pero lo que no sé es si dormís todos los días o cuándo desayunás. ¿Tomás mate cocido? Y otra cosa. ¿Cómo leés esta carta? Yo te estoy escribiendo en la casa de un amigo, pero vos… ¿Estás leyendo esta carta? Si la estás leyendo, la estás leyendo muy despacito, porque no te escucho cuando la leés. Ya sé: seguro la leés bajito.
Che, Papa Noel, ¿vas a responder? Por favor, amigo.
Otra cosa que te quería pedir es que no te mueras, porque sos viejito y yo quiero que venga Papá Noel, el papá de los reyes. Ya tenés como 80 años y no crecés mucho para arriba, ¿pero no viste cómo te crece la barba? Y encima estás tan gordo, tan gordo… No sé para qué comes tanto asado. Y chorizo. Para qué tanto chorizo. Por favor, no te engordes tanto. Y tené cuidado en el cielo, que por ahí anda un lobo. ¿Vivís en el cielo o en una nube? Mirá que el cielo es de agua, eh, como el mar. Así que a lo mejor vivís en el mar. Y si vivís en el cielo, tené cuidado cuando bajás por el agua, porque en Pompeya está el riachuelo.
Ah, ¿y sabés qué tenés que traer también? Paz, para todo el mundo. Y amor. Y una pelota.
Pero cuando vengas a Zavaleta, no te olvides de conocer la placita, que se llama Kevin, y cuidala, porque Kevin se llamaba un nene que se murió. Y ahora lo tienen que cuidar ahí, en el cielo. Porque me parece que vos vivís en el cielo y siempre vas viajando en esa carretilla para llegar a todos lados a la misma hora. A la misma hora y en el mismo lugar.
Nunca puedo verte cuando venís, pero esta vez te voy a dejar un poco de pan dulce en la heladera. Vos abrila despacito y comé unos pedacitos, pero dejame un poco para mí. Y arriba de la heladera te dejo un CD, porque yo sé cantar canciones de Pimpinela y Daddy Yanquee. Ah, a Pimpinela, por favor, traele micrófonos. Y a Daddy Yanquee, unos anteojos, si hay. Porque vos comprás todo en la juguetería
¿Estás leyendo? Si no, un día te llamo por teléfono.
El mejor regalo que me hiciste fue un autito. Y el más feo fue cuando me regalaste una cabeza cortada. Yo sé que siempre te escondés abajo de la cama, porque nadie te tiene que ver. Por eso me dejás los regalos ahí y no en el arbolito. Mi primo me dijo que te vas cuando se hace de día. Seguro que después te vas con tu novia, Papá Nola, que tiene como 40 años. Es gorda y también tiene barba; pero como es mujer, tiene poquita barba, acá, en la pera.
Eh, Papa Noel, les voy a contar a todos también del hijo que tenés, Luciano. Luciano Lopilato es el hijo que tiene Papa Noel, pero no con la mujer gorda. Lo tuvo con una novia flaquita que tenía, y la gorda no sabía que tenía otra novia. Vos le mentiste a la chica, Papa Noel. Así que más vale que me traigas los regalos, porque si no le digo a la gorda que la engañaste.
Por eso se agarraron a las trompadas los reyes y vos, ¿no? Por la flaquita, que al final se quedó con vos, cuando la gorda se fue con uno de los reyes. Balzar creo que era, porque era uno negro.
Igual, el jueves yo me voy a poner orgulloso cuando te vea, si me traes los regalos. Y si no me los traes, te voy a perdonar y te voy a seguir queriendo. Pero si podés, mejor que me traigas la ropa que te pedí. Toda.
Escuchame, Papa Noel. Te invito a que vengas a mi casa, como esas fiestas en las que yo estaba tomando jugo y te vi. Escupí todo y me fui corriendo a abrazarte. ¿Te acordás? Me alzaste a upa y jugamos a la pelea. Pero no a lo bruto; despacito.
Si me traes los regalos, te voy querer y nadie nunca te va a robar, porque yo te voy a salvar, en un cohete. Y además mi tío David nunca te va a poder ahogar en su pileta. Y si te tirás a un riachuelo, me tiro con vos y te salvo, porque yo sé que estuve mal en el colegio, cuando me agarré a trompadas; como la vez que me pelié con mi primo en navidad, y la vez que me pelié con el colectivo, y la vez que me pelié con vos y te dejé flaquito de una piña. Te quiero pedir perdón. Me di cuenta que sos mi amigo, pero también quiero que seas mi tío y mi primo. Me llamo Tomás Fleitas Agustín Ojeda García; tengo 4 años y vivo en Zavaleta.
Otra cosa, te cuento. Me dieron una medalla cuando fuimos a la jornada de fútbol popular. Y también pizza. Te guardé un poco de pizza, pero se la comieron los cocineros. Así que a ellos no les traigas regalos.
Eh, Papa Noel, decile gracias a los duendes: los quiero mucho y los adoro. Pueden venir a jugar Fútbol Popular, porque si vienen, les dan autorización para ir a la jornada. Y ahí desayunamos, comemos, jugamos, y dormimos todos juntos en el micro, a la vuelta. A veces entrenamos en la canchita, o en las Tres Tiras. Ustedes están invitados a venir, todos. Pero los reyes no, porque se portan mal. Bueno, si se portan bien, pueden venir, y les damos todas las autorizaciones que quieran.
Sos un bien tipo. Papa Noel. Un bueno tipo, porque traés regalos, si los chicos se portan bien. Y si se portan mal, les traes un carbón y una manzana. Y el carbón lo tiran, pero la manzana se la pueden comer.
El año que viene te prometo que me voy a portar bien. Y este año te prometo que me porté mal.
Te quiero mucho, nene.
Nos vemos el jueves. Y el viernes también.
Tomás Fleitas Agustín Ojeda García,
De Zavaleta.
increible tomi por favor…groso, tiene contactos con el gordito de navidad parece. La gente de zavaleta es asi, no hay con que darle.
La realidad y la fantasia un millón de gajos, construídas en otro millón, con amor… y una pelota
gracias poderoso tomi por enseñarme tu navidad
JO
JO
JO
TOMY ESPERO TU CARTA PARA NOSOTROS Y TE CUENTO QUE PASO CON LA GORDA Y LA FLAQUITA !!!
SOS LA TERNURA ENCARNADA EN UN DIABLITO MUY DIVERTIDO
gracias por tu increible imaginacion
CHE TOMY, SOS UN GROSO!
Abrazos para Zavaletaaaa
DE ZAVALETA AL MUNDO; TOMMY VENI A TRABAJAR CON NOSOTROS !! Aceptás ?
Gracias por tanta vida, gracias por tanta magia 🙂