21 marzo, 2013
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Carta Abierta al Rejunte Militar

¡Cómplices civiles a prisión!

1. Las aves de prensa, la persecución a los pobres, el allanamiento de cualquier casa en la villa, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de un padre que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que nos obligan a esta forma de expresión genuina después de haber opinado clandestinamente como villeros y periodistas durante más de 200 años.

El trigésimo aniversario de la caída de esa Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobiernos en documentos y gargantas extraoficiales, donde lo que ustedes llaman medios son miedos, los que reconocen como errores son flores y lo que omiten son verdades.

El 10 de diciembre de 1983 derrocamos nosotros a un gobierno del que los medios formaban parte, a cuyo prestigio contribuyeron como ejecutores de su política persuasiva, y cuyo vínculo estaba signado por la entrega de Papel Prensa siete años atrás. En esa perspectiva lo que nosotros intentamos superar no es el mandato transitorio de Jorge Rafael Videla sino la naturalidad de un proceso democrático donde los voceros del genocidio editorializan sobre los males que junto a ellos continuaron y agravaron.

2. Treinta mil reaparecidos, trescientos ochenta y ocho genocidas presos, ciento ocho nietos recuperados, decenas de militares escrachados son la cifra renovada de ese terror.

Colmadas las cárceles ordinarias, crearemos nosotros en las principales guarniciones del país virtuales campos de concientización donde entrará cada juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de sus procesados, invocado como piedad en la humillación, convierte a la mayoría de las detenciones en conquistas que permiten la celebración sin límite y el descorche sin juicio.

Más de siete mil recursos para dar lástima han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de degradación el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su indignidad o porque no se encuentra abogado que ose representarlos después de que los sinvergüenzas que lo hacían fueron a su turno medicados.

3. La negativa de esa Junta a publicar los destinos de los bebés es asimismo la cobertura de una sistemática articulación de cómplices en lugares mediáticos y en el aparato represivo con el pretexto de fraguados combates y televisadas parodias de captura.

Extremistas que sojean el campo, lloran sequías o se amontonan de a diez en esquinas que cacerolean son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante manifestaciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias silenciadas a pueblos originarios y en fecha inmediata a las acciones clasemedieras.

Trescientos sesenta y cinco asesinados anuales en casos de gatillo fácil, 3.600 en respuesta a la voladura del paco que administra la Policía Federal, 245 por los atentados de la corrupción en Once y Cromañón, 38 en la Masacre del Año 2001 que siguió a la muerte del neoliberalismo, 115 tras las explosiones terroristas forman parte de incontables ejecuciones en infinitos supuestos combates donde el poder no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.

4. Entre setecientas y mil mujeres pobres han sido explotadas en secreto después de que sus comisarios prohibieron informar sobre hallazgos de whiskerías que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otras clases sociales, por la magnitud femicida o por la clientela detectada entre sus propias fuerzas.

Ciento noventa y siete personas desaparecieron entre 1983 y 2013, pequeña parte quizá del cargamento de torturados hasta la muerte por las Bestias Armadas, fondeados en el río de la cana por buches de esa fuerza, incluyendo el chico de 16 años, Luciano Arruga, atado de pies y manos, «porque lo mataron a golpes, antes de volverlo un desaparecido más», según su hermana.

Un verdadero cementerio lacustre de gritos descubrió en agosto de 2012 un vecino que buceaba en las cloacas de la Villa 21, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.

5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política comunicacional de aquel gobierno debe buscarse no sólo la tergiversación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la exclusión codificada.

En un baño han reducido ustedes el control del pueblo sobre el papel al 25%, disminuido a cero al regalárselo a sus socios por 6 millones de pesos, elevando de 0 a 24 horas la jornada de sexo oral que pretenden imponerle a un particular para poder financiar su medio popular, resucitando así formas de silencio forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando denuncias a culatazos mientras los precios del papel suben por los hilos de sus marionetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, regateando honorarios, elevando la desinformación al récord, prometiendo mejorarla con 300.000 nuevas licencias, han retrotraído las relaciones de comunicación a los comienzos de la era editorial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, atormentando a cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron despedidos, y en otros no aparecieron.

6. Prostituyendo medios se ponen las ideas y la opinión pública en manos de la banca extranjera, comprando Clarín y La Nación se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio de información se aumentan las ganancias de la población, rebajando los valores verdaderos se crean empleos para usureros o ladillas y desocupación en las villas. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los holding multinacionales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser comunicacional.

Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera informar que ese Rejunte procura la paz, que Herrera de Noble defiende los derechos humanos o que Fontevecchia ama la vida, aún cabría pedir a los señores Szpolski, Garfunkel y Cristóbal López que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si acallaran al último opositor, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de 50 años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la ocultación de las atrocidades cometidas.

Estas son las reflexiones que en el trigésimo aniversario de nuestra fausta democracia hemos querido hacer llegar a los miembros de ese Rejunte, sin la esperanza de ser escuchados, con la certeza de ser perseguidos, pero fieles al compromiso que asumimos hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

La Garganta Poderosa.

Buenos Aires, 24 de marzo de 2013.

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