Hoy, seguro, seremos ultra-K, porque no vamos a la Plaza; tan “ultra-K” como cuando denunciamos a los medios cómplices de la dictadura, cuando defendimos la Ley de Medios, cuando apoyamos la nacionalización de YPF, cuando festejamos el matrimonio igualitario o cuando bancamos la Asignación Universal por Hijo. Y casi con seguridad, esta vez no seremos anti-K; no al menos tan “anti-K” como cuando repudiamos la Ley Antiterrorista, cuando marchamos contra el etnocidio de Insfrán, cuando escrachamos a Gerardo Martínez, cuando abrazamos a Omar Plaini o cuando hicimos tapa el grito de Félix Díaz.
Por algo de todo eso, hace rato ya, nos chupa bien un huevo qué etiqueta nos quieran poner, los panelistas de un mundo por Internet, que jamás en la vida pisaron nuestras villas, ni se animaron a olfatear nuestra utopía, pero se sienten autorizados para cuestionar nuestra autonomía. Digan lo que digan, los que cultivaron su opinión sacrificando el poco tiempo que tenían para la acción, nosotros seguimos siendo nosotros, por convicción. Y no nos corrieron, ni nos van a correr, porque para convencer a nuestros barrios, primero, los deberían conocer.
Acá va, entonces, nuestro ”18A”, 18Argumentos para no ir a la Plaza, a gritar las prioridades de quienes jamás escucharon nuestras verdades; ésos que vieron los piquetes, las ollas populares y las marchas por la urbanización, revolviendo sus cacerolas, mientras miraban televisión.
1) Nadie, pero nadie, consideró a las villas en las motivaciones que difundieron para la concentración: aun indignados, nos siguen condenando a la exclusión.
2) Nadie, pero nadie, promocionó la manifestación por los asesinatos impunes de los militantes del MOCASE y la comunidad qom.
3) A los ahora movilizados, no se les movió un pelo cuando el macrismo y el kirchnerismo se debatían la subsistencia de la Rodrigo Bueno.
4) A los ahora enojados, no los enojó que se murieran vecinos del barrio Mitre, debajo de un temporal, inundados por culpa de un centro comercial.
5) Los flamantes denunciantes, no denuncian a la Gendarmería, la Prefectura y la Policía que atormenta, sin identificación y con armas cargadas, a los pibes de nuestras ranchadas.
6) Los flamantes politizados no quieren que nos politicemos para exigir la derogación del Código de Faltas cordobés, que condena a la infancia por “mendicidad o vagancia”.
7) A ellos, los enerva la cadena nacional: a nosotros, nos enerva vivir sin cadena, ni red cloacal.
8 ) A ellos, los mata Lanata y su arrogancia: a nosotros, nos mata vivir sin ambulancia.
9) A ellos, les molesta morfarse el caos vehicular: a nosotros, nos molesta no tener para morfar.
10) Ninguna consigna convoca a denunciar el saqueo de Barrick Gold, ni su monopolio encubierto, ni la minería a cielo abierto.
11) Ninguna consigna convoca a denunciar los asesinatos de Monsanto, ni a apoyar a las Madres de Ituzaingó, ni a mandar a los agrotóxicos a la puta que los parió.
12) Si no marcharon para exigir centros gratuitos de rehabilitación, nos parece ridículo simular que están despiertos: de ser por ellos, nuestros pibes estarían muertos.
13) Si no marcharon en defensa del espacio público, caminar hasta la Plaza nos parece una cagada: de ser por ellos, estaría enrejada.
14) No sabemos en qué esquina concentran los “autoconvocados” que marchan contra la trata de personas, la impunidad de la aristocracia y las desapariciones en democracia.
15) No sabemos en qué esquina concentran los “autoconvocados” que quieren expresar su inconformismo, dejando en claro que Venezuela votó al chavismo.
16) Ninguno de todos los movimientos populares que respetamos, desde distintos partidos políticos, participan del cacerolazo: todos saben que es un bolazo.
17) Nunca, jamás, marcharíamos con Pando. Y si por alguna razón, apareciera en nuestra movilización, pararíamos la caravana: “Amiga, andá a la concha de tu hermana”.
18) Preferimos guardar las energías, para cuando haya una marcha por la revolución; ese día sí, cuenten con nosotros… Somos un montón.
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