Mientras nuestro trabajo territorial sigue haciendo camino al andar, decidimos volver a usar este espacio para recordar, porque la impunidad no les garpa a la industria del chimento, posiblemente porque no es un invento: es la resultante de un sistema pedorro que califica a los humanos de acuerdo al tipo de gorro. No es lo mismo una mugrosa visera que una linda boinita, pero al final de cuentas sólo les importa la guita. Aunque sea una cagada, debimos aprender que la muerte puede ser teñida de accidente u ocultada, sobre todo cuando afecta los intereses de los que se llevan la mejor tajada. Las movidas mediáticas irrisorias ya dejaron de ser sorpresivas, porque son tan habituales como los abusos de las fuerzas represivas. Paulina Lebbos era mujer, madre, estudiante, hija y hermana, pero le quitaron la vida de la noche a la mañana. Y su ausencia sigue sin encontrar justicia, porque a más de uno le conviene que la verdad no sea noticia. Desde la Diagonal Norte gritamos sin vacilar: ¡Minga que nos vamos a olvidar! Justicia para Marita, para Paulina y para todas las víctimas del poder en América Latina.
14 mayo, 2013
,
Somos Paulina
Relacionadas
20 agosto, 2023
Hasta que haya justicia seguiremos luchando
15 agosto, 2023