Detrás de las postales de las crónicas tradicionales, que siempre te muestran la mierda flotando, pero jamás se detienen en las cloacas que nos vienen negando, salimos a mojarnos bajo una lluvia torrencial, para entender cómo funciona el sistema pluvial de las favelas que rodean al Mundial. Desde la circulación del agua por un morro de tanta altura, hasta el rincón pedorro donde se junta la basura, cada tormenta representa un nuevo quilombo, para los que ya se hincharon los huevos de tocar el bombo. ¿O algún medio ha cubierto cómo se junta la mugre por los toboganes a cielo abierto? Pues si América Latina puede soñar con los mejores estadios del planeta, también deberíamos lograr jubilar a la canaleta, ésa que ahora ponemos frente a ustedes, justamente por las “redes”, en el informe más inmundo de la Copa del Mundo.
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