1 julio, 2014
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«Como agua para chocolate»

René sigue soñando...* Por René Houseman

La mierrrda, que se están poniendo jodidos estos compromisos asumidos. No, el Mundial no, esto de soñar y rimar antes de los partidos. Otra vez, no pude pegar un ojo. Otra vez, soñé a mi antojo. Y encima hace como un mes que no… Duermo. ¿Pero cómo no vamos a estar de buen humor, si tenemos al mejor de la historia mundialista? Sí, papá, al mejor analista.

Ahora, volvamos al sueño de René, que también es más grande que Pelé, porque anoche no tuve tensiones en mis tramposas visiones, ni siquiera por un rato… ¡Vi a un equipo candidato! Y mientras todos ellos corrían de prisa, yo me clavaba una milanesa suiza en el Bajo Belgrano, a medias con Mascherano. ¿Tendrá que ver con lo de hoy? ¿Qué decís, Freud? Para mí, sí, porque esta tarde tenemos una gran oportunidad para ganar confianza y más esperanza todavía… Igual, ojo, que Suiza tiene bandera de enfermería, pero no reforzará la guardia y eso es un dato importante: dejará más espacios para los de adelante.

(Che, ¿a los paréntesis también les ponemos rima? Ah, ¿no? Joyaaa).

(Como les decía, soñé eso, un Leo más suelto y un Di María llegando en profundidad, con Lavezzi abriendo la cancha, en un huracán de fútbol. Y sí, perdoná Maxi, pero yo hoy lo prefiero al Pocho, para demostrar que no estamos temerosos). Porque cuanta más compañía tenga Messi para atacar, más vamos a desequilibrar.

Y en cuanto a vos, suizo, rescátate: ¡dejanos el fútbol y nosotros te dejamos el chocolate! (Hablando en serio, más que ellos, me intriga lo que haremos nosotros, si no metemos un gol rápido, pero creo en nuestros jugadores). Yo, en cambio, con toda mi experiencia, aún no controlo tannn bien mi impaciencia… En vez de estar soñando para ustedes, como ven, ¡estoy caminando por las paredes como Spiderman! Porque los pronósticos son una pavada, pero soñar no cuesta nada. Así que me levanté con un grito: ¡Arreglate este reojito! Si la embocamos en el tramo inicial, abrimos una cuenta de goles en el paraíso fiscal…

Todos los partidos hay que jugarlos, pero en los Mundiales además hay que ganarlos. Y cuando no se puede, al menos no hay que dramatizarlos, porque para pesadillas ya tuvimos demasiadas en las villas, pero el fútbol es otra cosa, una cosa maravillosa… ¿De qué color? ¡Celeste y blanco, señor!

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