A sólo cuatro kilómetros del majestuoso estadio Itaquerão y a las sombras del Brasileirão, floreció un nuevo barrio en las raíces del planetario, que acaba de ganar su contienda en la lucha por la vivienda, para inflarl…e el pecho al Movimiento de Trabajadores sin Techo. Asentadas desde mediados de abril, cuando con los ojos del mundo ya miraban Brasil, 5.000 familias tomarron 136.000 metros cuadrados de terrenos abandonados y establecieron una junta comunitaria, que se fortaleció con una lógica asamblearia. Consensuando los pasos a dar, se resolvió organizar otro Mundial, para que se discutiera en la cancha la crisis habitacional. Aunque ahí, ahí sí que la Copa no se ve, basicamente porque nadie tiene TV… De verdad, hay una de 20 pulgadas para toda la comunidad, que no necesitó electricidad para transmitirnos su dignidad: “No sólo estámos reclamando un derecho de la constitución, sino que además queremos ser partícipes de esa construcción, como gestores de la producción”. Con esa bandera, desde la misma motivación que parió a la Carpa Villera, los vecinos acamparon frente a la Alcadía, para que todos supieran lo que se escondía. Y así como en Buenos Aires hubo victoria, Sao Pablo vivió un día de gloria, porque todo el sudor desembocó finalmente en el Plan Director, mediante la votación que falló en favor de la urbanización: “Disputar esta plataforma futbolera, nos permitió tener eco en la prensa extranjera”. Alumbrados ahora por los “Ninjas” locales, una Mafia de fotógrafos magistrales, celebramos entonces el abrazo y el aguante, en otro paso importante hacía esa meta urgente: ¡Ni gente sin casas, ni casas sin gente! 2 julio, 2014
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«La Carpa Favelera»
A sólo cuatro kilómetros del majestuoso estadio Itaquerão y a las sombras del Brasileirão, floreció un nuevo barrio en las raíces del planetario, que acaba de ganar su contienda en la lucha por la vivienda, para inflarl…e el pecho al Movimiento de Trabajadores sin Techo. Asentadas desde mediados de abril, cuando con los ojos del mundo ya miraban Brasil, 5.000 familias tomarron 136.000 metros cuadrados de terrenos abandonados y establecieron una junta comunitaria, que se fortaleció con una lógica asamblearia. Consensuando los pasos a dar, se resolvió organizar otro Mundial, para que se discutiera en la cancha la crisis habitacional. Aunque ahí, ahí sí que la Copa no se ve, basicamente porque nadie tiene TV… De verdad, hay una de 20 pulgadas para toda la comunidad, que no necesitó electricidad para transmitirnos su dignidad: “No sólo estámos reclamando un derecho de la constitución, sino que además queremos ser partícipes de esa construcción, como gestores de la producción”. Con esa bandera, desde la misma motivación que parió a la Carpa Villera, los vecinos acamparon frente a la Alcadía, para que todos supieran lo que se escondía. Y así como en Buenos Aires hubo victoria, Sao Pablo vivió un día de gloria, porque todo el sudor desembocó finalmente en el Plan Director, mediante la votación que falló en favor de la urbanización: “Disputar esta plataforma futbolera, nos permitió tener eco en la prensa extranjera”. Alumbrados ahora por los “Ninjas” locales, una Mafia de fotógrafos magistrales, celebramos entonces el abrazo y el aguante, en otro paso importante hacía esa meta urgente: ¡Ni gente sin casas, ni casas sin gente! 
