Con toda la emoción que nos inyectó esta Selección y con todo el orgullo que podemos sentir, ahora que el barullo ya no impide dormir, queremos agradecerles a todos ustedes, nuestros amigos de las redes, por habernos acompañado en este sueño mundialista, que esta semana se volverá revista. Pues entre el jueves y el viernes estará lista nuestra edición Mundial, ese número especial que editamos desde las favelas, mientras vivimos la Copa y sus secuelas, en medio de esa contradicción que suele reducirse en los medios de comunicación. ¿O dónde están ahora los mercaderes de la pasión? Esas editoriales que viven de la especulación, siempre atadas al exitismo, se vuelven presas de su propio periodismo, cuando un gol anula sus sentimientos y cancela todos los suplementos: no hay nada para contar, si no les toca ganar, porque perder es pecado para el Dios del mercado… Por nosotros, que se muera o se desmaye, porque nuestra garganta estará gritando en la calle y mucho más fuerte que ninguna otra vez, con la palabra del Diez, la belleza del pueblo futbolero, la grandeza del Chiquito Romero, la cordura de René y toda esta aventura en la tierra de Pelé, condensada en 84 páginas poderosas, que intentan volcar estas experiencias valiosas. Con la camiseta transpirada y la mano de CLACSO para poder aumentar la tirada, en esta ocasión llegaremos hasta cada rincón con un grito de colección, dirigido por Sabella y parido desde una favela… Porque si vivís de los resultados, no te sirven seis triunfos celebrados, ni las miradas de los pueblos silenciados que jamás han ganado nada. Pero si vivís un mes de fútbol con feijoada, entonces entendés que no todo está perdido, ni todo se perderá: prepárense para el grito que no entró en el Maracaná.
