Todo preso es político, pero ningún político pisa el sistema carcelario, ni para la ficción: “El Servicio Penitenciario está lleno de corrupción”. ¿No estaremos todos encerrados en la misma prisión? ¿O dónde empezó el incendio de Cromañón? “El lugar tenía habilitación y un montón de inspectores que no dieron ninguna alerta, parados en la puerta”. ¿Y los 194 nombres grabados sobre la impunidad? ¿Quién paga por la responsabilidad del Gobierno de la Ciudad? “A la semana de ser procesado, me enteré que Aníbal Ibarra volvía a estar postulado”. ¿Ningún ciego quiere ver? ¿Quién sale en primera plana? “Necesitan mantenerse en el poder, para no caer en cana”. ¿Cómo pueden sacarla tan barata? ¿Quién manda? ¿Y dónde está la prensa moralista? “Es fácil poner plata, para culpar a una banda o culpar a un maquinista”. ¿Las pistas? ¿Los incriminan? ¿Lo sabés? “Cuando te negás a dar entrevistas, te discriminan y ni escuchan lo que hacés”. ¿Y los derechos constitucionales? ¿No valen adentro de los penales? “No podés dejar que en los pabellones haya arpones, ni que los nuevos deban elegir si entran en ésa para sobrevivir”. ¿Quién pasa los sobres? ¿Quién junta los cobres? “La cárcel se volvió otro modo de eliminar a los pobres”. ¿Cuándo apagan las llamas de la noticia? ¿Quién se lleva las cenizas de la Justicia? “La cárcel implica un sometimiento que sólo genera más resentimiento”. ¿Qué esperamos entonces del reencuentro con la sociedad? ¿Cuándo se retoma la corriente de la vida? “Que se pudran adentro, es la mentalidad de la gente como Cutzarida”. ¿La moralina? ¿El compromiso? “Por ser de Villa Celina, nos patearon en el piso”. ¿Dónde duermen los gestores del fiasco? ¿Quiénes informaron peor? ¿Qué campanas escucharon? “Nos da mucho asco que ahora hablen a favor, los mismos medios que nos bastardearon”. ¿Qué dice el electorado? ¿Pasado pisado? “El mismo día que fui condenado, el juez me felicitó por las personas que había salvado”. ¿Cadena perpetua para la verdad? ¿O seguimos el cronograma de la frivolidad? “Yo terminé a las 4 de la mañana, negro desde la cabeza hasta los pies, internado en el hospital Francés”. ¿Y el Estado fue inocente? ¿No debía cuidar a la gente? “Entre los fallecidos, hubo 50 de nuestros seres queridos”. ¿Qué podría ser peor? ¿Callar al cantor? “Sigo con el antidepresivo, pero volver a tocar me hace sentir vivo”. ¿Quién nos manda a comernos la tanda y tomarnos el caldo, cuando nada es lo que parece? “Mi nueva banda se llamará Don Osvaldo, en honor a Pugliese”. ¿Y si escuchamos un rato? ¿Por qué tantos sobrevivientes se abrazan al Pato? “Porque nosotros también lo sufrimos, y dimos todo lo que pudimos”. ¿Cuántas preguntas faltarán formular para que por fin puedan descansar en paz, todas, pero todas las víctimas de ese 30 de diciembre fatídico? Una vez más, ningún preso es político.
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