La Justicia que hace falta no se construye con cemento, ni con silenciamiento, ni con ladrillos, ni con martillos, ni con camisas, ni con sonrisas, ni con traje, ni con maquillaje. Y mucho menos condicionando al único fiscal que viene denunciando a diario la violencia institucional, para que nadie siga torturando a nombre del Servicio Penitenciario Federal. La Justicia que no garpa como noticia, la justicia de verdad, se construye con gente valiente y con suficiente dignidad, como para no acallar jamás el grito de los otros: si lo tocan a Abel Córdoba, nos tocan a todos nosotros.
12 junio, 2015
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Todos con Abel
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