Cuando asesinan a un militante por la espalda, en una emboscada, en una manifestación o repartiendo boletas de cara a una elección, nosotros no pedimos que nos digan el color de su remera, ni qué afiches estaba pegando, ni a qué candidato votó. Cuando asesinan a un militante, nosotros exigimos que investiguen quién carajo lo mató, para que nadie pueda callarlo, ni borrarlo de los diarios, ni someterlo a ninguna manipulación: a sus correligionarios, un abrazo de corazón.
21 agosto, 2015
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Justicia por Jorge
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