15 septiembre, 2015
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46 meses de silencio

Dos tipos armados corrían a dos víctimas, que creían estar siendo asaltadas. Las alcanzaron. Y las recontracagaron a patadas, a golpes, a palazos, a trompadas. Pero no, no eran ladrones como parecía. O sí, eran ladrones de la Policía de Tucumán, que 46 meses después están en sus casas, trabajando en su delivery de amenazas con total tranquilidad, mientras disfrutan de la impunidad para matones, garantizada por la absurda Ley de Contravenciones. Sin ninguna condena para los asesinos de Ismael Lucena, hoy ni siquiera tiene fecha de inicio el juicio que debieran atravesar… ¡A donde vayan, los iremos a buscar!

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