21 septiembre, 2015
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Una compadrada poderosa

Alejandro Dolina y su garganta criticosa.
Por Alejandro Dolina

Para criticar en profundidad al medio que hacen desde las villas, tendría que ser un lector asiduo y no lo soy, ni de ésta ni de ninguna otra revista. No lo estoy diciendo con jactancia, más bien con la humildad de quien reconoce una falla en sus hábitos. Así que mal podría destrozar algo que no conozco por completo. De todos modos, sí tengo una sensación acerca de La Garganta y principalmente de cómo se ubica para lanzar su mensaje.

Ustedes crearon una revista que tiene una plazoleta, en la cual se instala, a diferencia de otras publicaciones que carecen de esa plazoleta y que parecen disparar al aire sin saber dónde están. Entonces esos disparos provienen de cualquier parte, porque cuando no se está siempre en el mismo lugar, en realidad sí, se está en un lugar. Es decir, en el no lugar desde donde se habla.

La Garganta Poderosa evidentemente sabe desde dónde habla: un sitio que históricamente pudo hacerse oír pocas veces, por costumbre o por falencia, en general con recursos cuidadosamente menguados, escasos presupuestos, diseños flojos, papel barato… Hasta que un día, nació este grito y ocupó ese espacio con un diseño astuto que presenta varias virtudes, sin ser lujoso. El gesto de abrir la boca, la tapa colorida y el papel de alto gramaje, aportan en su identidad.

Cuando alguien se pone glamoroso porque está «de moda», tiene una fuerte tentación de seguir en el camino del glamour. Y ese camino, más temprano que tarde, es el camino de las clases dominantes. Por eso, se debe buscar otra clase de glamour, uno que esta cooperativa ha sabido encontrar: el «glamour popular».

Un dato no menor es haber desmitificado ese lugar común: desde las villas u otros sectores «populares», sólo se puede hacer un medio con una cuota importante de feísmo, como si hacer algo feo fuera obligatorio para los que defendemos ciertas ideas.

A mí me pasó lo mismo con todas las revistas de las que formé parte, ya fueran políticas o poéticas. No sólo escaseaba la guita, sino que las hacíamos medias feas adrede, como una manera de provocar… Sin embargo, con el paso de los años y su ejemplo, entiendo más provocadora esta compadrada de todos ustedes.

El camino que vienen recorriendo es propicio. En su caso, lo fundamental es el inicio, por sobre a dónde se va, ya que La Garganta Poderosa puede ir a muchos lugares, llevando siempre consigo los ojos que ven con la sensibilidad del lugar de origen. Y ésa, es la virtud que deben preservar a cualquier costo.

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