Y ahora, aprovechando el ruido de la licuadora, designaron a cargo de la urbanización de la Villa 31 al empresario Diego Fernández, un gastronómico que hace unos años administraba las heladerías Persicco y hace unas horas manejaba la cadena “Dasha Sushi Bar Restó”. Ojalá no sigan vendiendo humo, ojalá no vuelvan a congelar el presupuesto y ojalá no se terminen morfando esos palitos, que por algún curioso motivo se resisten a soltar… Si Mugica estuviera vivo, los haría atragantar.
5 diciembre, 2015
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Pescado podrido
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