A 19 años de su muerte, sentimos el deber de salir a gritar bien fuerte, para volver a exponer al poder, a su prensa silenciosa y a sus fotos mal impresas, con esta carta poderosa de Gladys Cabezas, para ese hermano que cada día nos grita en primer plano, con esa mirada infinitamente humana que habita nuestro país, detrás de cada lente… Ayer, hoy y mañana, José Luis, ¡presente!
Hoy nos vemos
¿Cómo va, José? Hace 19 años ya, 19 años desde que te fuiste. ¿Y sabés qué? Pasaron muchas cosas… Si tenés un ratito, te las cuento mediante La Garganta.
De papi, no te voy a decir nada, porque hace 4 años está con vos en una estrellita, cuidándonos a todos. Mami no anda bien, ya ni me conoce cuando la voy a ver.
De tus hijos, ni hablar… ¡Son excelentes! Agus es maestra como yo, salió a la tía. Y en los veranos, le gusta viajar: este año, se fue a Bolivia. En cuanto a Juan, creo que ya se amigó con vos y este año irá a tu aniversario, en Pinamar. ¿Adiviná qué? El otro día me dijo que además de ser una tía copada, ¡soy una capa de la vida! Ja, en serio, me mató de llanto el pendejo. Sí, tu hijo. Y Cande, la más chica, está en España con Cris, tu mujer. Cada vez que viene de visita, se hace un tatuaje con mi complicidad, porque a la mamá mucho no le gusta. Pero el año pasado se hizo uno con tu nombre, en el brazo. ¡Y escuchate ésta! Para el cumple de 18, le regalé el cuadro que mami y papi nos sacaron cuando éramos bebés, ése de las caritas. Quedó re copada.
Bueno, en realidad, creo que te cuento todo esto porque, como sabrás, de lo tuyo nada, hermano. Los acusados por tu asesinato, Sergio Cammaratta y Héctor Retana, ya están muertos, mientras que los otros, Gustavo Prellezo, Gregorio Ríos, Aníbal Luna, Horacio Braga, José Luis Auge y Sergio González, ya están todos libres los hijos de puta. Igual no te hagas drama, chabón, porque te juré que los voy a perseguir toda mi vida y donde estén… Donde estén, les recordaré lo que son: ¡ASESINOS!
Te quiero y hoy nos vemos, eh, en Pinamar, porque yo sé que nos estás mirando.
Cuida a papi, de mami me encargo yo.
Te amaré siempre y lucharé siempre, te lo prometo, hasta el día que nos volvamos a ver allá arriba. Esperame, espérenme, porque yo también estaré con ustedes, pero no te asustes, que todavía falta mucho.
Tu hermana,
Gladys.
PD: Voy a ser abuela nuevamente, José, tres nietos ya: estoy vieja, pero no me olvido, nadie se olvida… Acá todos decimos: Cabezas, ¡presente!