Pateando una pelota entre piedras y caños, comenzamos hace muchos años a regar una raíz que hoy tiene flores y colores en todo el país, gracias a las 25 asambleas que seguimos ensamblando ideas sobre la estigmatización de la manta noticiosa, mientras gritamos urbanización, con la garganta poderosa. Incubando talleres de oficios, remedios para prejuicios, voces duras de acallar, rondas de educación popular, sueños organizados, medios autogestionados, ovarios hasta los huevos, miles de hombres nuevos, mujeres combativas e infinitas cooperativas, alimentamos todos los días esas utopías que intentaron sepultar 40 años atrás, sin imaginar que renacerían 30 mil y muchos más, para escribir una verdad que no se borra de la memoria, porque detrás de cada gorra, hay un pibe con su historia. Y sí, mientras invierten en la vieja “seguridad” y en la nueva mafia de los destacamentos, acá invertimos en dignidad, financiando nuestros propios campamentos. Ahora, ¿quién garpa esa fabulosa rosquita cubierta de alegría y rellena de muerte? Con carpa, La Poderosa grita cada día más fuerte.
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