A nueve años del asesinato de Gabriel Blanco, esta mañana comenzó en el Tribunal Oral Criminal Nº 5 de San Justo el juicio oral y (no) público por el que están imputados los policías Rubén Darío Suárez, Ariel Emiliano Gómez y Pablo César Balbuena.
Desde 2006, Gabriel Ángel Blanco era perseguido por la Policía Bonaerense, después de negarse a robar para la institución. El 1 de marzo de 2007, en la comisaría segunda de San Carlos, Isidro Casanova, fue detenido por un supuesto robo que nunca se comprobó y, según la Policía, se ahorcó en su celda unas horas más tarde. Sin embargo, distintas pruebas aportadas por la querella en estos años, demuestran el asesinato.
Diversas personalidades de los Derechos Humanos y organizaciones sociales y políticas estuvieron presentes apoyando a los familiares. Sin embargo, no pudieron ingresar por decisión del Tribunal integrado por los doctores Gabriela Risutto, Matías Mariano Deane y Pablo Lucero, quienes optaron que las sesiones se realicen en una diminuta sala.
Desde la muerte de Gabriel, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH), acompañó a la familia en búsqueda de la verdad. El referente de la organización, Pablo Pimentel, perseguido por la cúpula policial debido al acompañamiento del caso, afirmó: “A la jornada de hoy la estábamos esperando hace nueve años. Sin embargo, la sensación que nos llevamos es de una parcialidad enorme. De hecho, nos negaron una sala lo suficientemente grande para participar todas las organizaciones, además de los familiares de los imputados. Estamos preocupados, sobre todo, porque nos anularon una medida de pruebas que reconstruye el hecho, y donde queda visible la participación de la tortura seguida de muerte”.
En el mismo sentido, Pimentel agregó: “En primera instancia, me permitieron ingresar a la sala, pero luego el Tribunal aceptó el pedido de la defensa de los policías a que me retirasen para no escuchar el testimonio de los familiares de Gabriel, porque en los próximos días seré llamado como testigo. Esto, sin dudas, busca debilitar a la familia que confió en nosotros hace nueve años, al sufrir el terrible trauma de perder a un hijo en estas condiciones”. El titular de la APDH sentenció: “El sabor que nos deja esta primera jornada es amargo, nos vamos muy preocupados porque vemos claramente la parcialidad de este Tribunal”.