28 marzo, 2016
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La memoria poderosa

Desde las 7 de la matina, gritando en cada esquina, por el suelo, por el cielo, por la barriada y por todos los rincones, volvimos a vivir una jornada a 30 mil revoluciones, este 24 de marzo que planificamos hace un montón, el día que abrazamos bien fuerte la autogestión, para que nuestras fortalezas y convicciones pudieran ser siempre de nosotros, sin caer nunca presas en especulaciones de otros. Ajeno de concesiones, nuestro 24 comenzó un año atrás, cuando nos juramos que volveríamos a gritar Nunca Más, más y más fuerte, hasta que la paz venciera a la muerte. Pero también comenzó hace un mes, cuando salimos a marchar por enésima vez contra el olvido vestido de perdón, todavía escondido entre las leyes de urbanización. Y también comenzó hace una semana, cuando la más alta caravana de nuestras gargantas barriales consensuó 24 intervenciones regionales, bien aferradas a la raíz, multiplicando los homenajes en todo el país. Sin financiamientos, ni endeudamientos afectivos, ni más recursos que nuestros propios emprendimientos autogestivos, marchamos contra este gobierno cipayo, con la misma convicción que copamos la Plaza de Mayo, dejando el corazón por una patria liberada y comprometida, que no entienda por Revolución a la llegada, sino a la partida. Pues acá nos ves, 40 años después, levantando sus banderas, desde 33 asambleas villeras que van a volver a regarlos, donde sea que la historia los siembre… Hermoso poder encontrarlos, ¡desde la victoria, siempre!

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