Después de juramentarnos la urbanización y antes de comprometerse a la próxima reunión, el Municipio de Lincoln hizo otras mil promesas más, que tampoco cumplieron. El oro y el moro de esta situación tan desesperante es nada menos que el agua corriente, una necesidad básica y urgente, que el 22 de enero de este año, la intendencia se comprometió a garantizar en un plazo de 120 días… O sea, el 21 de mayo era la fecha tope en que debía finalizar la obra. ¿Ver para creer? Ahí está para que lo puedan ver, el bendito papel con la rúbrica del Secretario de Obra Pública, y para que nuestros lectores hagan la cuenta por sí mismos, porque nosotros la venimos haciendo desde hace tres años, cuando se fundó el barrio: según nuestros cálculos, la cuenta regresiva terminó hace rato.
12 julio, 2016
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Promesas que (no) hacen agua
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