La sigla CONAMI significa Comisión Nacional de Microcréditos y es un organismo perteneciente al ministerio de Desarrollo Social de la Nación que impulsa a organizaciones sociales y cooperativas no solo con el aporte de microcréditos sino también con acompañamiento en materia de capacitación. Para saber un poco más sobre el alcance, nos tomamos unos mates en con su director, Juan Luís Díaz.
-¿Qué valores intentan rescatar de las organizaciones a quienes ayudan?
-Por un lado la solidaridad, nosotros creemos que esta economía tiene esa base, y es un valor que queremos fortalecer. Por otro lado, también buscamos acompañar la participación, porque una sociedad más justa, solidaria e inclusiva se logra a partir de una efectiva participación y las organizaciones sociales son unos actores clave para esto.
-El acceso al microcrédito de la CONAMI tiene un compromiso. La garantía, ante todo, es de palabra ¿no?
-Creemos que el acuerdo se basa en lazos de solidaridad, donde la palabra vale y es un compromiso. En términos generales la respuesta es positiva. La mayoría de los emprendedores son mujeres: casi el 70%. En la economía social la mujer tiene un rol protagónico. Este programa promueve una mayor participación de la mujer, mayor equidad de género y también apunta a estimular la participación de los jóvenes.
-¿Qué diferencias hay entre la CONAMI y los créditos de un banco tradicional?
-Fundamentalmente que la CONAMI es una tasa subsidiada, y no de una entidad financiera. Entonces, es un crédito al que uno accede a través de la garantía solidaria. Eso lo diferencia de un crédito bancario, que para acceder se debe tener una serie de papeles y sistemas burocráticos complejos. Lo de CONAMI tiene que ver con el reconocimiento de derechos, pues poder obtener un crédito debería ser un derecho de todos los ciudadanos, pero muchos están excluidos. Esto, de alguna manera, saca de la marginalidad a los emprendedores, ya que uno de los requisitos es inscribirse en el monotributo social costo cero. Es decir, el programa paga ese 50% al emprendedor y le da la cobertura social, que es un derecho universal.
-¿Qué importancia tiene hoy la economía popular en el país?
-Lamentablemente no hay estadísticas, pero es una economía muy importante y dinámica, que abarca a emprendedores de nivel urbano pero también rural con la agricultura familiar. Si uno tuviera que hacer una estimación, yo diría que entre un 25 y 30 % son emprendedores relacionados con la producción, con la transformación de la producción y con la comercialización.
El programa nació hace 10 años y, si bien Díaz lo encabeza desde diciembre del año pasado, el sociólogo tiene en sus espaldas experiencias en las organizaciones Fundapaz y Caritas. “Este programa se caracteriza por ser de gestión asociada. No otorga directamente el microcrédito sino que lo trabaja con la organización, a partir de la cual llega a particulares. En el país, estamos trabajando con alrededor de 1200 grupos. Esto le da una importante cobertura al programa y un nivel donde genera espacios de participación. Trata de lograr una sociedad más justa e inclusiva dando oportunidades y reconociendo los derechos de los trabajadores”, expresó, antes de mostrarnos algunos papeles explicativos.
-Además de lo económico, ¿qué tipo de acompañamientos dan?
-Proveemos fondos para constituir una cartera de crédito, pero también para lo que sea capacitación y formación de los movimientos sociales y emprendedores. Hay un porcentaje del total destinado a eso, porque fortalecer la economía social no solo se hace con recursos, sino con organización, por eso hay que empoderar a la base social.
-Alguna vez dijiste que “toda política social corre el riesgo de ser manejada de una manera clientelar”, ¿podés aclarar eso?
-Eso lo dije a raíz de una pregunta y le pusieron ese título a la nota -se ríe-. Se me armó despelote porque me sacaron de contexto. Me preguntaron si yo creía que toda política corre el riesgo de ser usada en forma clientelar y dije que sí, efectivamente, pero no en el caso de este programa, donde hay acompañamiento y monitoreo a las organizaciones. Nosotros, desde el programa apoyamos a quien sea, más allá de su distinción partidaria. Lo que digo es que CONAMI no beneficia a unos y a otros no, sino abre las puertas a todos. El objetivo es fortalecer, dar oportunidades y reconocer derechos.
-¿Cuáles son las metas que se proponen con este programa?
-Lo que queremos es fortalecer el programa. Extenderlo a todo el territorio nacional, porque si bien estamos trabajando en cada provincia, en el interior de las mismas no se cubre todo el territorio y a eso aspiramos. Esto implica mejorar las redes de organizaciones sociales para llegar a lugares donde hoy no estamos.
-Y a nivel latinoamericano, ¿ves a algún país que esté más adelantado o que sea un ejemplo a seguir?
-En Bolivia, Ecuador o Perú hay experiencias interesantes de microcréditos destinados a emprendedores de la economía social. Lo que tiene en particular nuestro país es que se trata de una política pública, implementada desde un ministerio, y donde hay un componente de subsidio en la tasa (6% anual) para que efectivamente puedan acceder las poblaciones más vulnerables.