22 noviembre, 2016
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Ahora nosotros tomamos el control

En 1918 los estudiantes, acompañados del resto de la comunidad universitaria, de partidos políticos populares y del movimiento sindical, tomaban la universidad e interrumpían la Asamblea para designar rector, exigiendo reformas que modernicen y democraticen la universidad; una institución fundada por los jesuitas en tiempo de la colonia española, en la que se mantenían aún características elitistas y clericales. El reconocimiento a esa histórica jornada fue unánime: la Reforma del 18 se extendió rápidamente en el resto de las universidades del país y luego por toda América Latina.

 

Este sábado, a casi un año de cumplirse el centenario de aquella jornada, la posibilidad de una (contra) reforma devino en otra toma del Pabellón Argentina para impedir que la Asamblea Universitaria tenga lugar.

 

 

¿Cómo llegamos a esto? Lo explica con claridad Ramiro Albarracín, estudiante de comunicación y consiliario estudiantil: “El oficialismo junto a su brazo estudiantil, la Franja Morada, con la complicidad de los medios de comunicación masivos, quiere hacer creer que nosotros nos oponemos de manera violenta a una reforma política más democrática. De ninguna manera es así, la elección directa de las autoridades unipersonales es una necesidad que toda la comunidad universitaria viene reclamando. Acá el problema es qué cuando se anunció la fecha de la asamblea universitaria, el rectorado se comprometió en garantizar instancias de debate para llegar a una reforma en la que todos nos sintamos incluidos. Esto nunca se cumplió”.

 

Todas las facultades son iguales, pero algunas más iguales que otras

 

Hace ya varios años que la Universidad Nacional de Córdoba reclama por una forma de elección más democrática de rector y decanos. Sin embargo, dos días antes de una Asamblea donde ese sería el tema central, el Pabellón Argentina apareció vallado para asegurar que sesione. Si la elección directa tiene gran consenso, ¿por qué la necesidad de vallar la asamblea y no dar ninguna información clara de cuál es la propuesta? Rodrigo Quiroga, docente e investigador de la UNC lo explica: “El conflicto surge porque el oficialismo impulsa una elección directa con ponderación simple, es decir, solo por claustro, pero no pondera por Facultad. Esto le daría muchísimo poder a las facultades grandes, las más profesionalistas: Derecho, Medicina, Exactas y Económicas. Esto inclusive viola el artículo 5 del estatuto universitario que establece la igualdad entre las facultades. Además se quiere dejar afuera de la discusión a las dos Facultades nuevas: Comunicación y Ciencias Sociales. Es totalmente antidemocrático querer imponer una reforma con una mayoría simple, sobre todo cuando se va a requerir 2/3 de los votos de la asamblea para poder generar otro cambio en el estatuto. No está mal que esa sea la propuesta del oficialismo, el problema, insistimos: es que no se garantizó ninguna instancia de debate”.

 

Una lucha que es de todos

 

Cuatrocientos estudiantes pasaron las dos noches previas a la sesión de la Asamblea, prevista para el sábado pasado a las 9 de la mañana, adentro del Pabellón. Docentes, no docentes y egresados también pusieron el cuerpo en la puerta del Pabellón. Ante semejante organización de toda la comunidad universitaria, con más de mil personas, el oficialismo no tuve otra alternativa que suspender la asamblea. Ana Baruzzi, Vicedecana de la Facultad de Ciencias Químicas, declaró: “Estoy profundamente agradecida con los estudiantes. Nosotros habíamos agotado todas las instancias previas para que esta Asamblea se postergue, pero fue la toma lo que impidió que sesione. Aspiramos que las autoridades universitarias generen el diálogo y el consenso que no supieron generar”.

 

Pasadas las 10 de la mañana, una vez suspendida la Asamblea, los pibes y pibas salen a la calle y realizan una ronda que emocionó a todos. “Son estos los momentos en que nos asumimos como ciudadanos, además de la responsabilidad que tenemos.  Esto es una demostración más de cómo se ganan y se realizan las luchas sociales, que no es de otra manera que con la gente en la calle y con claridad en las consignas”, cuenta Alejandra Castro, Vicedecana de la Facultad de Filosofía y Humanidades. “Este tipo de proceso se puede dar cuando hay una unidad de acción alrededor de un objetivo concreto: una universidad más democrática y al servicio de la comunidad” amplió Facundo García, docente e investigador de la Universidad.

 

Más allá de los abrazos por esta pequeña victoria, hay otro claro consenso que resume Liliana Abrate, profesora de la Escuela de Ciencias de la Educación y miembro del Concejo Directivo de la Facultad: “La comunidad universitaria no va a bajar los brazos. En lo inmediato han llamado a una mesa de diálogo el próximo martes, pero es necesario la continuidad de la organización de los distintos miembros de la universidad hasta que Juri no se comprometa a esperar que estén las condiciones dadas para que la Asamblea pueda tratar la reforma”. Y agregó: “Agradezco a los distintos medios alternativos, como La Garganta, ya que en este momento la hegemonía mediática responde a los mismos intereses que el oficialismo”.

 

A casi 100 años de la histórica reforma, hoy otra toma impidió un claro retroceso en la democracia universitaria.  

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