22 diciembre, 2016
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El líder mundial, en precarización laboral

Pocos, muy pocos pueden viajar al verdadero mundo de Disney, donde aún habita el mito de los salarios congelados. Ahí, Blancanieves mantiene tercerizados a 7 enanitos, Pinocho promete aumentos, Dumbo lleva cartas documento, Bambi ofrece retiros voluntarios, el Rey León te muerde los años de antigüedad, la Cenicienta se transforma en desocupada, Aladdín desaparece con la indemnización, la Sirenita sobrevive al ahogo salarial, Robin Hood devuelve la guita, los Aristogatos la embalan y Peter Pan se la lleva para Nunca Jamás. Pero mirá si será mágico Disney World, que no sólo alberga ratones que hablan, parques de diversiones y libros de la selva, sino también ratones que precarizan, parques de inversiones y empresas salvajes, como ESPN. O ESPN+. O ESPN-, una verdadera cadena televisiva, con una paradójica retórica deportiva. Porque si un técnico de fútbol resulta despedido, si un defensor tira una patada grosera, si un wing recibe un tacle a destiempo, si un crack debe dejar la cancha, si un delantero viola la ley del offside, todos podemos verlo por ESPN. Ahora, si un técnico de televisión resulta despedido, si un camarógrafo tira toda una década subcontratado, si un periodista recibe un telegrama a destiempo, si un productor debe dejar su actividad o si la empresa viola una conciliación obligatoria, no, ahí no, claro que no, esos juegos olímpicos no merecen atención, ni mucho menos derechos de televisación. Ante las luces del Magic Kingdom y el precario tendido eléctrico de La Cava, ESPN Argentina corre al ritmo del ajuste, saltando todas las leyes laborales, los convenios colectivos, las asambleas en estado de alerta y el mandato del Ministerio de Trabajo, que ordenó reincorporar a los trabajadores hasta la próxima audiencia. Ojalá vayan.

Y si no, chau,
nos vemos en Disney.