Para saber mirar hay que saber esuchar, porque es fácil hacerse el boludo o la distraída para echar el vistazo hacia otro lado, susurrar por lo bajo, reconocer la presencia del otro para señalarlo con el índice de la moral patriarcal, e intentar desacreditar el orgullo que supieron edificar para fortalecerse en la adversidad, o la furia que proclaman como escudo ante cualquier golpe que les imponga el sello de lo anormal para seguir rematando sus vidas al mejor postor pisoteando sus derechos para que se mantengan en la marginalidad.
Cientos de personas nos encontramos marchando, contra la heteronorma que nos quisieron imponer, contra lo mal llamado normal, contra la biologización de nuestros seres.
Seres orgullosamente putos, travas, trans, tortas, y bisexuales.
Marchamos unidos bajo ese arcoíris transformado en bandera para demostrar que nadie se va a esconder y que nuestros gritos los van a ensordecer.
Una de las grandes consignas de esta marcha fue el pedido de JUSTICIA POR CELESTE, una mujer trans que en el 2013 fue abusada sexualmente y violentada psicológicamente por parte de la policía tucumana. Otra vez la violencia policial y tiempo después, luego de un largo proceso judicial, una sentencia vergonzosa que condena la detención ilegal pero tapa la violencia sexual.
Acompañando esta lucha marchó ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina), su coordinadora en Tucumán, Marcia Albornoz, nos contó que es la única red de personas trans que se organizan para trabajar en materia de reconocimientos de derecho colectivo.
“Las consignas surgieron de todas las reuniones de la comisión organizadora de la marcha y que también han generado cuestiones de polémica que supimos resolver”.
Sobre el caso de Celeste sostiene que “ha sido uno de los más emblemáticos, polémicos y representativo de todo a lo que el colectivo trans está expuesto en su vida cotidiana, como ser el abuso policial, el abuso sistemático de las instituciones, y la falta de reconocimiento del Estado de los derechos”.
Otra consigna fue la de LEY INTEGRAL TRANS, un proyecto creado por la Federación Argentina LGTB junto con ATTTA que “plantea un sistema de protección integral que tiene que ver con garantizar el acceso a la educación, a la salud, a una vivienda digna, a un puesto de trabajo mediante la creación de un cupo laboral en la administración pública y privada; también un subsidio reparador para aquellas personas trans mayores de 40 años teniendo en cuenta que el promedio de vida es de 35 a 40 años, entonces consideramos necesario que el estado garantice alguna medida reparadora de tantos años de violencia institucional a los cuales han sido sometidas las sobrevivientes de este sistema” explica Marcia.
Hace semanas ATTTA presentó el proyecto de Cupo Laboral Trans en la Municipalidad de Tafí Viejo, cuyo dictamen fue favorable y será trabajado en las comisiones del concejo. De aprobarse sería el primer municipio en tener una ordenanza a favor de los derechos de la diversidad sexual.
Sobre la situación de la comunidad trans tucumana nos cuenta que “más del 90% de la población ha sido excluida de su núcleo familiar a temprana edad, y este es uno de los motivos por los que no han tenido acceso a la educación. Muchas personas han dejado la escuela y por ende no tienen las herramientas necesarias para acceder y defender un puesto de trabajo”. “Entonces el 80% de la población trans ejerce trabajo sexual, lo cual posiciona a esta población en un estado de vulnerabilidad al contagio de enfermedades de transmisión sexual, a los abusos policiales en la calle o a los crímenes de odio”.