Lo único interesante de seguir extendiendo la punibilidad de los pobres, al ritmo de tanta mano dura, recién se podrá apreciar cuando ya no resulten suficientes las cárceles para niños y bebés. Pues entonces sí, hasta los más arcaicos patriarcas del sistema que pretende gobernar los cuerpos de las mujeres por votación o por exhorto, aceptarán discutir por fin la despenalización del aborto.