Magos de ningún reino, nuestros compañeritos cordobeses del barrio Yapeyú dejaron los zapatitos, agua y pasto para un camellito, justo en la puerta de la Comisaria 6ta, porque ya conocen por experiencia cómo funciona el «Código de Convivencia» y entonces se adelantaron al triste suceso: el negro Baltasar terminó preso, por andar merodeando. ¿Y Melchor? ¿Y Gaspar? No, no, no, ellos estaban paseando.