11 enero, 2017
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Llamen a Joe, que Macri está en cualquiera

* Por Alejandro Vautier.
Asamblea en Defensa del Agua y la Tierra.

Hace 13 años, el empresario inglés Joseph Lewis intentó hacer un aeropuerto en la localidad de Mallín Ahogado, una zona rural con 1.500 familias, en el paralelo 42 sobre la costa. Y la resistencia popular, sólo la resistencia popular, logró frenar ese proyecto, aunque nada detuvo su vocación colonialista . Un par de años después, intentó hacer el aeropuerto en El Bolsón, donde el 75% de nuestra población se opuso en una consulta popular. Y luego, entre otros grandes negociados, compró tierras que podían utilizarse únicamente con fines agrícolas, a $138 la hectárea, para transformarlas en un country, con la venia del poder político, donde ahora cada lote vale $45.000.

 

 

Con el nuevo intendente o patrón de estancia, Bruno Pogliano, las marionetas de Lewis en el Consejo Deliberante volvieron a la carga con esta iniciativa de falso progreso y desarrollo, que apenas tiene lugar para la mayoría del pueblo, como mano de obra barata. Por eso mismo, nos movilizamos ya dos veces al Concejo Deliberante e iniciamos un acampe permanente para frenar el loteo, ante el silencio más absoluto del gobernador Alberto Weretilneck, quien apoyaba abiertamente a Pogliano, pero ahora no quiere pagar el costo político de semejante estafa.

 

Por si alguien no conociera al personaje en cuestión, “Joe” Lewis es el sexto tipo más rico de Gran Bretaña, un íntimo de Macri y un indigno representante del capital financiero internacional. Cayó a El Bolsón en 1998, cuando compró las tierras lindantes al Lago Escondido de una manera muy curiosa, ya que sus antiguos ocupantes no querían venderlas, pero fallecieron justito justito en ese momento, bajo circunstancias sospechosas. Luego, eso sí, trató de convertirse en un “buen vecino” para comprar voluntades, repartiendo pan dulce y sidra por los barrios. Y es más, hasta quiso construir un hospital, pero bueno, no pudo ser, porque no le dieron a cambio el área natural protegida que pretendía.

 

Invirtiendo engaños, fue comprando el resto de las propiedades linderas al Lago, hasta cerrar su camino de acceso. Y de tal manera, se terminó desenmascarando a sí mismo, pero para entonces su conquista ya se extendía en toda la Argentina, gracias a sus conexiones con las empresas eléctricas del país, desde «Edenor» hasta «Pampa y Energía». De nada sirvió entonces, aquel fallo del Superior Tribunal de Justicia de Río Negro, allá por febrero de 2013, cuando le ordenó a la Provincia que hiciera las obras para habilitar dos pasos públicos hacia el lago. Le dieron un plazo de 120 días. Y sí, pasaron 4 años… ¿Por qué? Porque hoy Lewis tiene más poder que cualquier gobernador, mientras sigue albergando a su amigo Mauricio en sus fincas, donde suelen llegar también los flamantes mandatarios provinciales, para arrodillarse ante «El Rey» que viola nuestra Ley de Tierras Fiscales, la carta orgánica municipal, la carta ambiental, la Ley de Bosques y el convenio con los pueblos originarios.

 

Pero jamás nos rendimos.

 

Anteayer, presentamos un recurso de amparo en Bariloche, junto a las firmas de 5.000 vecinos y vecinas de la comarca, porque no vamos a parar hasta vencer a ese modelo extractivista que tan bien puede estar representado por la soja o la minería, como por el turismo a gran escala.

 

Aquí no se llama Monsanto, ni se llama Barrick Gold.
Aquí, el saqueo se llama «Joe Lewis».

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