*Por Matías Plaza, comunicador de la asamblea poderosa de Los Cortaderos
Nació el primer carnaval de barrio Los Cortaderos, y es poderoso. Se sintió la voz de todo un barrio cansado y muy golpeado por las instituciones violentas y el desinterés del Estado. Un barrio en donde en menos de tres años asesinaron a cuatro pibes y torturaron a algunos más. Donde la Policía tiene derecho a tirarle a un montón de pibes de 10 y 12 años que juegan a la pelota. Un barrio con un centro de salud en el que sus profesionales se toman el atrevimiento de criticar a los pibes reprimidos y hasta fotografiarlos en una camilla, muertos.
Familias enteras sin trabajo y nada para comer y, ni hablar de las empresas de la zona en donde los pibes, para poder trabajar, tienen que mentir sobre su dirección. Un barrio sin plazas sin canchas de ni un deporte, ni espacios verdes, ni escuelas. Con un centro de salud muy reducido.
Pero acá estamos, tirando algunos pasos, recordando a los que hoy no están y sacándoles una sonrisa a los que ya no la encuentran en ningún lugar. Gritando, porque queremos ser escuchados, porque queremos ser parte de esta sociedad, a la que también queremos cambiar.
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