Qué día mañana, eh, qué día para los esposos de todas las esposas, para los míster músculos, para los hombres de la casa, para los entes reguladores, para los organismos que administran otros organismos, para los gerentes del cuerpo humano, para los justicieros de sus miembros inimputables, para los mamafóbicos del aire publicitado y para los fundamentalistas del topless condicionado, ¡pero qué día de mierda! Porque sí, chabón, antes de los tetazos y otros asaltos a punta de pezón, mañana habrá una reunión que ninguna debiera perderse.
Policías con problemas de represión,
abstenerse.
Habrá que prepararse, Gente. Guardar una birra bien fría en la caverna, acomodar el machismo sobre la nostálgica tensión del tapizado vencido, alcanzar al menos un remoto control y pelar impunemente las tetillas regadas de sudor, para ver cómo desnudan al patriarcado, en su propio morbo show. Debatiendo por un sueño, en horario de protección al opresor, cientos de potenciales traficantes de lactosa, con importantes cargamentos de tetas prohibidas, para consumo personal, comenzarán a desabrocharle los retenes del corpiño al próximo «Paro Internacional de Mujeres».
Y que todo el arco gremial,
¡cumpla con sus quehaceres!
Lentamente, como sostén de muchas, cientos de compañeras lesbianas, travestis, trans, volveremos a vernos las caras censuradas por las cámaras que capitalizan, como el culo, la ilegalidad de las glándulas mamarias, poniendo el pecho nuevamente para desnudar todas las articulaciones del próximo 8 de marzo. Tocándole los timbres a la unidad, metiéndole un push up a la autonomía y bajándole los breteles a la desigualdad, danzarán las lenguas al ritmo sensual de todas esas putitas pobres, que bien podrían ser tus hijas, secuestradas por las redes de trata y paralizadas por el miedo, en cualquier despedida de solteros organizada por una banda de gomas y algún comisario piola, que regentea en sus «whiskerías» toda la buena leche que secuestra en el barrio y prohíbe en la playa. ¿Que no? Que sí, a sólo dos años de la primera multitudinaria coreo del movimiento «Ni una menos», desde las 18, en Federico Lacroze 4181, todas nosotras y vos vamos a tirar los corsets al tacho, mientras planificamos otro choque de los planetas.
¿Y vos, macho?
Vos estás hasta las tetas.