En el barrio lasherino militamos la memoria de muchas formas: para el 24 de marzo que pasó, armamos un ciclo de cine. ¡Y por los 30 mil compañeros, copamos la calle de pibes!
No fue una semana más en el Pellicier, ni un mes singular para nosotros. Desde principio de año, sabíamos que marzo iba a demandar un amplio compromiso con actividades y manifestaciones afines a nuestros ideales.
Primero fue la Marcha por el Agua, la Vida y el Trabajo en el medio de una Vendimia que se venía abajo. Luego las pibas fueron al frente para dejar en claro que el Día de la Mujer no es de festejo sino de lucha consciente.
Y por último nos esperó el 24. Esa fecha que nos marca de memoria, verdad y justicia el calendario. Una lucha que tiene mucho más de 41 años y que militamos día a día en el barrio.
Con un ciclo de cine en la Escuela Arrieros del Ande, la única secundaria del Pelli, impulsamos la reflexión entre los estudiantes los días previos. Caímos en la educación pública porque las puertas siempre están abiertas a la memoria y no hay lugar para gatos ni fachos.
Proyectamos “La noche de los lápices” e “Infancia clandestina” y la respuesta de los pibes fue excelente. Acá no hubo promedios bajos de ningún examen malintencionado solo debate por los derechos humanos violados.
Tras esa grata experiencia llegó el viernes. Le metimos mano a la bandera, los bombos y los delantales y salimos a la calle. A gritar por nuestros 30 mil compañeros desaparecidos, los que nos enseñaron que la realidad se transforma por el camino de la lucha. Y como dijo Galeano: las utopías sirven para seguir caminando y ese andar transitamos en nuestro barrio.
