Luego de la gran lucha que llevó adelante el movimiento de mujeres en Tucumán, donde se conformó la mesa de apoyo para pedir justicia, llegó el dictamen de la Corte suprema que absuelve a Belén de los delitos que se le habían imputado. Esto sucedió en el contexto particular que se vive en la provincia, donde se la quiso condenar públicamente desde sectores afines a la Iglesia Católica y sectores del gobierno con un discurso criminalizante hacia la joven como al resto del movimiento de mujeres de la provincia, marca un antes y un después en la lucha feminista por la igualdad en derechos y contra la violencia institucional.
Soledad Deza, abogada del caso, afirmó: “Es una sentencia muy importante, en momentos de una gran avanzada en contra de los derechos de las mujeres. Creo que la absolución de Belén revitaliza la lucha del movimiento y le da fuerzas para seguir luchando. Los ejes de la sentencia es lo que que sostuvimos en el recurso de casación. Nunca hubo pruebas para que se la acuse del delito y pese a ello estuvo prisionera 29 meses. También se habla de la violación del secreto y de la falta de capacitación que tienen los profesionales de la salud, sobre todo el voto del Doctor Posse es muy importante en ese sentido. Su voto analiza la situación de Belen con una fibra que no es común en el lenguaje forense. Recalca la importancia ética y jurídica del secreto profesional en la atención de la salud, señala las violencias institucionales sufridas por Belen y marca las deficiencias que tuvo para ella el acceso a la justicia con una defensa oficial que no hizo su trabajo, y un Poder Judicial atravesado por estereotipos de género que generaron una condena sin fundamentos».
«Creo que hoy, Tucumán es un poco más justo».