Gracias a todas y todos, las organizaciones sociales, los organismos de Derechos Humanos y la imprescindible Norita Cortiñas, que gritaron hasta recién en la puerta de la Comisaría 11, para denunciar la privación ilegitima de la libertad que sufrió nuestra compañera Micaela durante 8 horas. Tras filmar la detención abusiva a un niño de 13 años, cuando varios efectivos sin identificación intentaban esposarlo, volvimos a padecer esa impunidad que aplican contra los de abajo, todos, pero todos los días.
Ojalá responda la ministra de Seguridad,
quién carajo nos cuida de los policías.