«Porque resisten pacíficamente, porque responden a los ataques con más unidad y porque su defensa de la escuela pública representa nuestra propia defensa, ahí está el alma de nuestros pueblos, en sus manos, maestros. Por suerte, la conciencia social sobre la importancia de la educación para los sectores populares ha crecido, desde la Argentina hasta Puerto Rico, donde también pretenden desfinanciar a las universidades, para desbaratar la organización de los estudiantes. Allá, mi hermana enseñó teatro durante años en las barriadas pobres, dando lo máximo por lo mínimo y permitiéndome valorar ese tremendo acto heroico de llevar herramientas con la mano hasta donde el Gobierno no llega. Como los gritos de La Garganta, las voces de los docentes nacen del barrio, del esfuerzo, del alma. Y basta revisar sus salarios, para comprender que trabajan de corazón, dedicándose a la necesidad más urgente y menos atendida de todas. Por eso, para ustedes, queridos Maestros Villeros, va todo mi respeto y mi poderosa admiración, por cómo nos educan en la cotidianeidad, por la dignidad que defienden y por los valores que no se venden. Fuerzas. Aguanten. Y gracias».
Residente, de la Escuela Pública Itinerante.