13 agosto, 2017
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Esta vez, votá en serio

 

Mirá bien, la colcha tuya, la colcha bien de tu padre, la calle está llena de gente, ¡viviendo! Llena está, de gente, la calle, viviendo. ¡Gente viviendo en la calle, llena! Viviendo, en la calle, llena, ¡está la gente! Mirá bien, menos mal, se llama sábana corta del capital, ésa que tapa las chapas de la prepotencia y la cabeza de la indiferencia, mientras destapa las patas de la indigencia. ¿No las ves o no mirás? Si antes eran muchas, ¡ahora son muchas más! Ni gusanos acostumbrados, ni babosas segregando sobre sus vedas: seres humanos empotrados como baldosas en las veredas, incrustados como lápidas de vida, que no piden sedas, ¡piden comida! Pan, sí, piden pan, ahí están, abajo de la frazada, esperando un trabajo o una patada que los mude a otra posada, otra vez a otra ranchada, porque a las vidrieras no les convienen, ¡hasta los pies afuera tienen! Miles de uñas rascando al cemento y miles de miedos mendigando alimento, con todos los dedos al viento, morados, escarchados, cortajeados por el gobierno del invierno, por la guerra del ego, por la tierra y por el fuego que hizo arder tantos contratos de paz…

Votaste zapatos.
Nunca más.