* Por Dolly Demonty,
mamá de Ezequiel, asesinado por la Policía Federal.
Quince años sin él, sin sus palabras, sin sus abrazos. Quince años desde aquel 14 de septiembre de 2002, cuando la Policía Federal lo detuvo, lo torturó y lo desapareció. Quince años desde aquel 21 de septiembre, dolorosamente inolvidable, que nos devolvió su cuerpo sin vida en el Riachuelo. Allí mismo, sobre la orilla donde fue arrojado, quienes se robaron recientemente la placa y destruyeron el monolito, han querido inútilmente sembrar el olvido, aniquilando la memoria como lo aniquilaron a él, sin pudor, con total impunidad.
Pero mi fuerza llamada Ezequiel,
transforma en amor su crueldad.
Sus familiares, sus amigos y sus compañeros pudimos abrazarlo ayer, en otro festival cultural, para mantener viva su luz y seguir denunciando que nos falta Santiago. Porque sí, aunque pasen los días o los meses, no debemos permitirnos como sociedad ni una desaparición forzada más. Sinceramente, o tal vez ingenuamente, creí que nunca volvería a pasar algo así. Y en esta ocasión, el Estado no sólo es responsable, como siempre decimos acá: este gobierno sabe muy bien dónde está.
A su madre, mi más cálido abrazo, porque no hay hora que yo pase sin pensar y repensar cómo fue esa semana en la que mi hijo permaneció «desaparecido». Una indescriptible desesperación todavía me atraviesa a cada segundo, trasladándome inevitablemente al sufrimiento que padece la familia Maldonado, mientras yo intento escribir estas líneas. Pero aun así, cuando veo al pueblo movilizado manifestado ante semejante injusticia, sólo puedo sentir orgullo de sabernos juntos, luchando contra esas bestias como Patricia Bullrich que, lejos de controlar a las Fuerzas o sus irregularidades, avala sus atrocidades.
Ya pasaron casi dos meses ocultándonos todas las verdades y, aunque sigan agregando o tergiversando sus propias mentiras, no lograrán desgastarnos. Ahora más que nunca, con el grito de mi hijo y las gargantas de todos ustedes, no sólo tenemos que desnaturalizar su ausencia, sino también potenciar la presencia del poder popular que siempre, pero siempre nos encontrará del mismo lado…
Ezequiel también quiere saber,
dónde está Santiago Maldonado.