Cuando las fuerzas represivas del Estado apalean a un jubilado que viene caminando o golpean a un diputado que se defiende argumentando, ¿para quién estarían laburando? Salú y larga vida a los referentes que hoy no dieron cabida, preservando la integridad de todas, todos y cada uno, honrando a los mártires de 2001, reivindicando esta legítima batalla y demostrando que nuestro pueblo no se calla, ante ningún regimiento de la «desgracia»: no se llama enfrentamiento, se llama democracia.