Otra vez, presentamos mil denuncias en un solo mes, gracias al dispositivo que transformamos en proyecto legislativo, una casilla en cada villa para defendernos de quienes vienen a protegernos, una fiscalía libre de comisaría, una comisión vecinal organizada frente a la represión policial naturalizada, un dispositivo a salvo del Ejecutivo, un entramado de comunidades articulando sus verdades, un tribunal oral a espaldas del circo judicial, un grito a los juzgados de la desinformación contra la tradición de los uniformados sin identificación, un experimento barrial inspirado en cada allanamiento ilegal silenciado, una pausa en la coartada frente a tanta causa armada, una máquina expendedora de conciencia ante sus códigos de convivencia, por encima de la plata y por afuera de la publicidad: lo que mata son las Fuerzas de Seguridad.