17 enero, 2018
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El día de Reyes

 

El pasado domingo 14 de enero, a días de cumplirse un año de la muerte de Miguel Reyes Pérez, desde la mesa de apoyo a la causa, integrada por La Poderosa junto a otras organizaciones, se realizó un festival en el Barrio San Cayetano. Una radio abierta, una muestra fotográfica, además de proyecciones de dos cortos documentales y cinco bandas de rock y cumbia, fueron parte del evento para exigir justicia por el joven de 26 años asesinado por agentes de la policía de Tucumán hace más de un año.
 

 

 

Fue una tarde llena de emociones y lucha. Mientras tocaron las bandas Skaraway, La revolución, Cumbia Urbana, Vampiro Indio, y Karma Sudaca,  Ana Reales, madre de Miguel, compartió con todos los asistentes al festival una ricas pizzetas, que cocinó con mucho esfuerzo y cariño.

 

Ana expresó: “Voy a seguir, hasta que los asesinos de mi hijo vayan presos y para que no haya otro Reyes más”.

 

La tarde del 24 de diciembre del 2016, Reyes, como lo conocían en su barrio, estuvo reunido con sus amigos en la esquina de su casa, en el barrio San Cayetano. Alrededor de las cuatro de la tarde los jóvenes fueron interceptados por un móvil de la policía. Los efectivos requisaron a Miguel, buscando pruebas que lo incriminaran en un robo que no había cometido, pero sólo le encontraron una pipa con la que fumaba paco. Uno de los agentes la rompió y antes de subirse nuevamente al móvil, le adviertió con tono amenazante: “¡Portate bien!”. En ese momento, Reyes decidió dirigirse a su casa en busca de hielo y se escuchó el grito de uno de los efectivos de la policía: “¡Reyes!”. Miguel se dio la vuelta al escuchar el llamado y otra vez un grito retumbó en las paredes de las casas de los vecinos: “¡Pegale, pegale!”, le ordenó el oficial Gerardo Figueroa a su compañero Mauro Navarro de la patrulla urbana, quienes prestaban servicio en la Comisaría 4°. En ese instante, Reyes cayó al piso al ser alcanzado en su cabeza por el perdigón de una itaca.

 

No conformes con esto, los uniformados lo remataron con un culatazo. En un estado muy delicado, Miguel fue trasladado en la caja de la camioneta de la policía al Hospital Padilla. Luego lo derivaron a la Clínica Luz Médica, donde falleció luego de 23 días de agonía.

 

Posteriormente a las acciones que llevaron a cabo los defensores de Andhes (Abogados y Abogadas del NOA en DD.HH y Estudios Sociales), como parte de la Mesa “Justicia por Reyes”, Navarro y Figueroa fueron imputados por homicidio y posteriormente separados de la fuerza. Ambos efectivos continúan en libertad y la causa aún no fue elevada a juicio.

 

Junto a la mesa de apoyo, conformada por varias organizaciones sociales y organismos de derechos humanos, Ana se mantiene firme al frente de la lucha en busca de justicia por “Mechu”, como ella cariñosamente solía llamar a Reyes. Una lucha que cada vez se hace más grande en el pedido de un Control Popular a las Fuerzas de Seguridad.

 

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