Desde la noche del jueves 23 de febrero, alrededor de 100 familias de distintos barrios se encontraban acampando en las inmediaciones del Centro Cívico de San Juan para pedir soluciones al gobierno ante la falta de viviendas.
La mañana siguiente, estudiantes y docentes de institutos terciarios de educación inicial y primaria, afectados por el ajuste nacional, reclamando por los recortes de horas a docentes y la limitación del cupo de ingresantes, junto con organizaciones sociales apoyándolos, se encontraban marchando en el mismo lugar.
Al no conseguir respuesta de los funcionarios, los vecinos del acampe decidieron cortar pacíficamente la avenida Libertador.
Mientras se desarrollaban las actividades, la policía sanjuanina comenzó a reprimir por orden de Gustavo Fariña, Secretario de Seguridad quien, colérico, decía «¿Qué esperan para reprimir,maricones?» a los policías, quienes,luego de esa orden se llevaron detenidos, a golpes y patadas, a la comisaria 4ta a 7 militantes, una de ellas embarazada, que acompañaban a las docentes y estudiantes, quienes al ver el avance violento de la policía contra los vecinos decidieron intervenir.
Luego de varias horas en la comisaría, con supuestos delitos y causas inventadas, y complicidades de los medios sanjuaninos para criminalizar la protesta, los compañeros fueron liberados, aunque se encuentran con prisión domiciliaria.
Toda la semana se desarrolló la Fiesta Nacional de Sol y al gobierno le aterra que el pueblo organizado pueda sabotear ese circo de cotillón. Lo que no entiende el gobierno de Sergio Uñac y todos sus dinasuarios funcionarios es que las calles son nuestras, que los barrios y los estudiantes nos organizamos y que no nos vamos a callar nunca más. Ni un Uñac ni Fariña nos van a parar.