26 marzo, 2018
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Más que nunca

Victoria Walsh no murió abatida en un enfrentamiento.
Facundo Ferreira tampoco.

Los genocidas mantienen su pacto de silencio.Clarín y La Nación también.

Las víctimas de los vuelos de la muerte no murieron ahogados.
Santiago Maldonado tampoco.

Azucena Villaflor luchaba por un mundo mejor.
Marielle también.

Nuestros 30.000 no pudieron marchar.
La columna de Cambiemos tampoco.

A Roberto Santoro lo seguimos buscando.
A Facundo Rivera Alegre también.

¿Ni olvido, ni perdón?
¡Ni ayer, ni hoy!

Nunca más.

 

 

 

El silencio mata.
Patricia Bullrich también.

 

 

Una chocolatada no se le niega a nadie.
La vida tampoco.

 

 

La injusticia es muy alevosa.
La Justicia también.

 

 

 

El exterminio de pobres no se tapa con globitos.
Con forros tampoco.

 

 

Se les perdió un submarino lleno de almas.
La memoria también.

 

 

Muchos exiliados de la dictadura no pueden volver.
Jones Huala tampoco.

 

 

Los 30.000 son ella.
Vos también.

 

 

El pueblo no come mierda.
Balas tampoco.

 

 

Por ella, vale la pena luchar.
Por Clara Anahí también.

 

 

No queremos presos políticos.
Muertos políticos tampoco.

 

 

Los 30.000 desaparecidos eran «terroristas».
Los mapuches también.

 

 

Aquellos grupos de tareas no tenían límites.
Esta Policía tampoco.

 

 

Ustedes sabrán a quién regalárselo.
Nosotros también.

 

 

Las víctimas del Plan Cóndor no se callan.
Marielle tampoco.

 

 

La Junta Militar llegó al poder mediante un golpe.
Temer también.

 

 

Los cómplices civiles nunca se fueron.
José Luis Cabezas tampoco.

 

 

 

Las corporaciones pueden construir noticias.
El pueblo también.

 

 

 

Zamba no tiene la culpa.
Facu tampoco.

 

 

El 24 de marzo de 1976, total normalidad.
Hoy también.

 

 

De robar bebés no se vuelve.
De balear jubilados tampoco.

 

 

Los ricos tienen sus Fuerzas.
Los villeros también.

 

 

La tortura nunca fue noticia.
El gatillo fácil tampoco.

 

 

La derecha está blindada.
Norita también.

 

 

Los empresarios aliados no están presos.
Sus jefes de prensa tampoco.

 

 

Massot y Morales Solá continúan escribiendo.
Los lápices también.

 

 

El terror no pudo contra la villa.
Durán Barba tampoco.

 

 

El plan económico de la dictadura sigue en marcha.
La Poderosa también.

 

 

Algo habrán hecho.