Para evaluar la eficiencia de maestras y maestros villeros, los gobiernos apelan a la honestidad intelectual de jóvenes pobres que asisten a instituciones públicas, tomando las pruebas que conforman el ranking mundial de la calidad educativa. Para algunos, son puros exámenes de fantasía. Y para otros, información que viene de abajo…
Eso sí, para evaluar a la Policía, no preguntan un carajo.