*por Kadosh Miranda, militante popular,
testigo de un ataque al campamento por Lula.
Eran las 3:51 de la madrugada, en el campamento Marisa Leticia, en Curitiba, Brasil. En ese horario pasó alguien en un auto negro Honda Civic, gritando: «¡Bolsonaro 2018!”. Nunca supimos el nombre de quién gritó, pero sí sabemos quién es Jair Bolsonaro: el candidato a presidente de ultraderecha por el Partido Social Liberal que, entre otras cosas, reivindicó durante el impeachment a Dilma a un torturador de la dictadura militar. Después, el hombren salió del auto con un arma en la mano y amenazó: «¡Voy a volver!».
Exactamente a las 4:15 volvió con otra persona más decidido a atacar. ¡BOOM!, disparos, ¡BOOM!, disparos, ¡BOOM!, dispararon contra nosotros dos tipos con revólveres. Escuché siete estruendos en el inicio. La desesperación en la mente era enorme. Fue una escena de horror. Escuché cómo recargaron el arma y después hubieron entre 25 y 30 disparos más. Nos tiraron a nosotros, a la población que acampa a favor de la democracia. Dos compañeros fueron heridos de bala, uno con un tiro en el cuello que sigue internado, y otra con un raspón.
Cuando la Policía llegó, escondió el cartucho del proyectil en el bolso y apoyaron la cacería, verdugueándonos: “Los vagabundos tienen que morir”, decían. No es anormal: La Policía, en su mayoría fascista, nunca se involucra y tiene el destino marcado para aquellos que portan el rostro de militante. «Ustedes son pobres, ustedes resuelvan», nos gritaban.
Para que no se olvide, para que no se repita. Fueron crímenes iguales a los de Marielle, desempeñados por los mismos fascistas. ¿Qué podemos esperar de quienes reprimen al pueblo? No están jugando con nosotros, están atacándonos directamente, hiriendo a nuestra población, a los pobres trabajadores y operarios de Brasil, criminalizando constantemente a los movimientos de izquierda.
No nos moveremos de acá, vamos a arrancarle la tranquilidad a quienes nos atacan, luchando cada día contra actos de fascismo. Porque si matan a uno de los nuestros, más y más de los nuestros estarán renaciendo.