Ahora, en el Parque de la Memoria, la vieja historia nos convoca otra vez, para gritar que ya pasó un mes, pero no pasó nada de nada, que nos falta una negra envalentonada, compañera, socialista, favelera, feminista, silenciada tan impunemente como todo el pueblo brasilero. Y como el único presidente tornero. ¿Entienden? Coleccionan sus pieles, las venden. Confeccionan sus leyes, las cobran…
¡Traigan Marielles, que Meirelles sobran!