Desde ningún acogedor estudio de televisión, sin algún defensor de la operación irrumpiendo con el diario del lunes a quemarnos el bocho, nos arrogamos el derecho de hacer nuestro repaso de Rusia 2018. Porque sí, pasaron 32 días pero parece que transcurrieron meses desde ese primer empate con los islandeses. ¿Será por esa marea verde que eclipsó un flojo partido inaugural, que nos arruinó cualquier cuenta? Claro, no la habíamos hecho con un dólar a treinta.
A pesar de los reveses, esta copa quedará en la historia como una de las más igualadas, donde las selecciones más relegadas les marcaron la cancha a más de una potencia: ¡El colectivo LGBTIQ luchó, ganó y el juicio por Diana Sacayán obtuvo sentencia! Sí, exactamente el día en que los senegaleses se abrazaban por los dos goles convertidos, justito antes de volver a ser reprimidos.
Después del 0-3 con Croacia reforzamos el fondo de manera urgente: en Chubut, cientos de docentes defendieron su paritaria, durmiendo en la calle con un frío voraz importado de Siberia. Ese que también sufrió el barrio San Blas, que se perdió Argentina-Nigeria porque EDESUR y la UGIS lo mantuvieron en la oscuridad: el Mundial completo, sin suministro de electricidad.
Pero ¡clasificamos, carajo! Sin embargo, no todos pudieron celebrar la noticia del pase a octavos de final: tarjeta roja a 357 periodistas de Télam, que informaban en todo el territorio nacional. Ni el falso 9 ante los franceses nos trajo peores dolores que asimilar que uno de cada tres nenes asiste a comedores, parches a la desesperación que el propio Estado desfinancia. Indignación y retorno precipitado con los cuatro goles de Francia. Ni Messi ni Pavón fueron tan desequilibrantes, como la investigación sobre los falsos aportantes: vecinas y vecinos de los barrios más marginales, utilizados por Cambiemos para lavar dinero en sus campañas electorales. ¿No lo habían escuchado? ¡El fenómeno Mbappé lo había solapado!
Sin Argentina entre los ocho mejores y con un decreto firmado por el Presidente para no emplear estatales hasta 2020, el 9 de Julio nos sacudió el horror: en la Villa 31, Rufalda Lescano falleció calcinada por la desidia de EDENOR. ¿No supiste que los villeros nos convertimos en bomberos? ¿Y que los docentes universitarios pararon la pelota, declarándose en huelga? ¡La nota, sin dudas, la dio el seleccionado belga!
Mientras festejan los franceses y la AFA renegocia cláusulas y rescisiones, el pueblo argentino debe desembolsar 50 mil millones. No hace falta esperar otros cuatro abriles para realizar un control de daños y juzgar “al mejor equipo de los últimos cincuenta años”, que no es garante de dar bien ni un solo pase.
El partido más importante, se está jugando en la base.