Este miércoles 8 se cumplieron 5 meses de su asesinato, y para exigir prisión preventiva para los culpables, convocamos a todas las organizaciones sociales y políticas, organismos de derechos humanos y ciudadanía en general a participar de la concentración el viernes 10 de agosto, en Tribunales (Sarmiento 431) a las 10 de la mañana.
Desde que asesinaron a Facundo Ferreira el 8 de marzo, la familia está en una situación de mucha vulnerabilidad, expuesta a amenazas constantes de parte de los agentes que circulan por el barrio y de los asesinos del Negrito con los que se cruzan cada vez que van a Tribunales.
El martes 7 pasado, las Fuerzas de Seguridad se pararon en la esquina de la casa de Facundo, con todas las intenciones de generar violencia, miedo, y bronca en la cuadra donde viven la familia y vecinos del Negrito. Durante de una supuesta persecución, empezaron los disparos y atropellaron a un menor, Brian, de 13 años. «Se frenaron en la gruta que le hicimos a Facu, y empezaron a insultar diciendo cosas como: ‘¿Qué hacen iluminando a esa rata?’. Luego, disparon con las itakas. No pasó ni un minuto y ya se había llenado la cuadra de oficiales. Eran como 10 vehículos. La mayoría del 911 y algunos del GOMT (Grupo de Operaciones Motorizadas)”, relató Brian, amigo y compañero de la escuela de Facu. Lo golpearon y se lo llevaron a la comisaría 6°, le siguieron pegando entre la Policía Científica y los oficiales de la Comisaría. Estuvo detenido 6 horas, hasta las 7 de la mañana.
En esa misma esquina, en la gruta que vecinos construyeron para homenajear a Facu, había familiares de él en el momento que estaban los policías y gritaban “ahí está la apañadora de Facundo», hablando por Mercedes, la abuela del Negrito. “Cuando volvimos del cementerio este domingo, fuimos a la gruta y los policías se frenaron casi encima de nosotros. Nos empezaron a insultar y a decir cosas obscenas: somos perseguidos por el 911”, afirma Mercedes.
La familia y vecinos se refugiaron, pero seguían los disparos con las balas de goma de la itaka y con el arma reglamentaria; una vecina de 22 años recibió proyectiles de goma en el hombro derecho, y mataron a Sultán, el perro de Facu. Porque es lo único que saben hacer, infundir terror e intentar que nos callemos. Pero no nos vamos a callar.
“Sigo esperando que la justicia actúe contra estos asesinos. La fiscal los acusó con homicidio agravado y todavía están sueltos. ¿Por qué? Montes de Oca y Díaz Cáceres siguen trabajando: nosotras los vimos”, cuenta la abuela de Facu.
En la provincia de la impunidad, la Fiscalía ya tomó declaración a los imputados pero siguen libres. Después de que un policía declaró que le pidieron que amenace a la familia, la fiscal pidió prisión preventiva para los asesinos, pero el juez Víctor Manuel Rougés (que no es el juez natural de la causa) rechazó el pedido. Los homicidas son amparados por la justicia, y ahora la causa está bajo el brazo de Facundo Maggio, el abogado de genocidas en la megacausa Arsenales II.
En Tucumán la policía golpea.
La policía oculta.
La policía amenaza.
La policía mata.
¿Y Manzur?
Bien, gracias.