Vivo, muerto o muriendo, seguir haciendo para seguir haciendo, la merienda y el desayuno, sin otra venda, sin otro 2001, en todos los barrios, con huevos, con ovarios, de puro corazón, por convicción, bajo cualquier gobierno, adentro del infierno, arriba del barro, afuera del tarro, entre bolsones de conciencia, contra los cagones y su prepotencia, cavando una canaleta o volando en bicicleta, pero siempre alimentando nuevas utopías, todos los brutos días, eternamente…
A 17 años,
¡POCHO LEPRATTI PRESENTE!