En el marco del día de los Derechos Humanos, decidimos reivindicar esa segunda palabra y reclamar, más que nunca, esa humanidad que nos falta.
¿Qué similitudes podemos encontrar entre distintos pibes que no se conocieron, que transitaron distintas calles de distintos barrios? ¿Qué cosa parecida pueden tener jóvenes de diferentes edades, con familias distintas, con deseos inigualables? ¿Qué punto en común podemos identificar entre una camisa prestada, un baile de cuarteto, la motoguadaña de un cura, laburantes de la economía popular y un traslado inhumano? La respuesta es clara. Vidas robadas, mediante la impunidad de un arma que se gatilla fácil, mediante los oídos sordos de un Estado que invisibiliza, mediante una Justicia que prefiere mirar para otro lado.
En distintas circunstancias de la vida de estos mismos pibes, la figura policial se encuentra implicada como responsable de actos que costaron la vida a jóvenes estigmatizados como marginales y problemáticos.
El pasado miércoles 12, en el aula Paola Sosa de la Facultad de Ciencias Sociales, se llevó a cabo la jornada “Facundo Rivera Alegre, desaparecido en democracia. Las deudas del Estado”. Donde se presentó el tráiler del documental “Facundo Rivera Alegre. Desaparecido”, se pintó un mural por nuestros desaparecidos, y se hicieron lecturas de poesías y un cierre musical.
La jornada se centró en una charla donde estuvieron presentes Mónica Alegre, mamá de Luciano Arruga desaparecido el 26 de enero de 2009 y enterrado como “NN” durante más de 5 años. Gabriela Sanso mamá de Rodrigo Sánchez asesinado el 19 de septiembre de 2015. Nora Cortiñas no pudo venir, pero no quiso faltar, se hizo presente a través de un video que envió dando enviando toda su solidaridad y fuerzas a la familia de el ”rubio del pasaje”.
Mónica, dio apertura a la actividad poniéndole en palabras la realidad que se vive en las barriadas: «Los pibes sueñan con tener una buena vida, conocer el mar, hacer deporte, vestirse bien. Pero a los nuestros les sacan hasta las ganas de vivir. Esa es la deuda del Estado… Mis pibes, son una deuda para el Estado.” Ella es reconocida por ser la una de las madres de todos nuestros barrios, finalizo recordando que: “A mis pibes se los respeta. Mientras yo este, donde yo este a los pibes se los respeta porque tienen tantos derechos como cualquiera. Estoy muy contenta de estar acá y acompañar la lucha de Vivi, la de Gabi, la de tantas madres, de poder abrazarlas y contenerlas como a mí me contuvieron. Soy Mónica Raquel Alegre vivo en la villa 12 de octubre y soy la orgullosa madre de un villero que se negó a robar para la policía, y si hubiera robado estaría sentada acá pidiendo justicia también»
Gabriela, por su parte, recordó la importancia de la lucha, de mantener la memoria viva de su hijo, «Si no salgo a luchar, mi hijo quedará en el olvido. A los 6 meses que lo mataron, me mandaron una foto suya con un texto que decía que si no me dejaba de joder, mis sobrinos terminarían igual». Y recordó la complicidad de los medios de comunicación “La prensa trasmitía como noticias de primera plana, lo que decía la Policía. No se detuvieron a investigar nada más. Y la sociedad creyó todo”.
Entre llantos, abrazos y tanta impotencia a casi 7 años de la desaparición de Facundo, Viviana agrego: «mi hijo tenía sueños, proyectos, le gustaba la música y tenía una hija. La ausencia cada día duele más, pero nosotras, juntas, nos damos la fuerza para seguir adelante”. Cerro recordando que el rubio de pasaje se multiplico, “quisieron apagar tu luz y se encendieron un millón más, a toda esa gente que se acercó siempre aún sin conocernos. Facu descansa tranquilo que de los culpables nos vamos a encargar nosotros. ¡Nosotros vamos a seguir hasta encontrarte Facu!
Y al finalizar la actividad le entregaron a Viviana, el “Reconocimiento Emi D´Ambra a la Labor Social y Política”, por su trayectoria de lucha constante en la búsqueda de verdad y exigencia de justicia por la aparición de su hijo, desaparecido en democracia.
